Banco Central

Fuerte revés para Sturzenegger en su primer día: le rechazan la "tablita" para los futuros

El nuevo presidente del BCRA propuso un desagio de $4 por dólar. Bancos, mercados y cerealeras le dieron la espalda.

El Banco Central está en una encrucijada. Por un lado, no devaluar lo obliga a sostener durante más tiempo del que prometieron el cepo, que es la herramienta monetaria técnica con la que se ha dado anclaje los precios de los productos domésticos para desacelerar la inflación. Devaluar, por otra parte, implica a priori perder el ancla de los precios. Pero eso no es todo.

Como anticipó LPO, devaluar implica también una inyección monstruosa de más de $50.000 millones en menos de 6 meses que atenta contra los objetivos anti-inflacionarios del nuevo gobierno. Es que a raíz de las obligaciones originadas en los contratos de seguros de dólar futuro vendidos en el ROFEX que dieron origen a la imputación judicial del ex presidente del Banco Central, Alejandro Vanoli, y su directorio, devaluar también implica que se multipliquen las deudas del Banco Central. Para pagarlas, deberá emitir el equivalente al 8% de la actual base monetaria. Lo cual difícilmente no atente contra el sinceramiento del tipo de cambio.

Devaluar o no devaluar no es el problema. Es una decisión política que ya está tomada: "el cepo se levanta" repiten en el equipo económico de Cambiemos. Es decir, que se va a devaluar. El problema es generar las condiciones para que el levantamiento del cepo sea exitoso y no resulte "temerario" como advirtió el consultor Miguel Kiguel. Exitoso es que no haya overshooting, que se sincere el tipo de cambio en términos reales no solo nominales, que sea un shock convincente y no dé lugar a futuras expectativas de una nueva devaluación, coinciden los economistas.

Mientras Alfonso Prat Gay busca intensamente conseguir los recursos para reforzar las menguadas reservas internacionales, el desafío de Federico Sturzenegger es lograr que el levantamiento del cepo y la devaluación no se le vuelvan en contra mediante los contratos de dólar a futuro. Por eso Sturzenegger busca un "desagio" sobre los contratos. En criollo, pretende una quita o un descuento fijado de acuerdo a una "tablita" que fije el monto de desagio o de "corrección de la valuación del contrato" en función de cuál era la cotización a la fecha de concertación de cada contrato. Según supo Ámbito Financiero, la quita sería de $4 por cada dólar.

Para el consultor José Luis Espert se trata de un "desastre contractual" y una "pésima idea" comenzar un gobierno "defaulteando deuda pública por muchos miles de millones comprados por gente de buena fe". Entre los compradores están las cerealeras, las automotices y demás empresas fuertemente dependientes de importaciones que buscaban coberturas de tipo de cambio por los dólares que anticipaban no conseguir en el mercado de cambio oficial. Recién las últimas semanas se incorporaron inversores "minoristas" que veían en el dólar a futuro el único activo barato luego de que los bonos en dólares alcanzaran la paridad con las expectativas del valor futuro del dólar.

Si a usted le hace trastabillar un 8 o 10%, es un perdedor 

Según trascendió, la intención de Federico Sturzenergger es no hacerse cargo de lo hecho por su antecesor Alejandro Vanoli incluso si lo están imputando por las pérdidas patrimoniales que solo tendrán lugar si Cambiemos decide devaluar. Para Espert, los contratos deben respetarse y "esta reacción temerosa y temeraria a una expansión de la base monetaria del orden del 10% da cuenta de la falta de un programa económico integral y creíble". No disimuló su enojo con esta propuesta de Sturzenegger y se despachó "Si a usted le hace trastabillar un 8 o 10%, es un perdedor."

En su opinión, deben honrarse las deudas y eventualmente hacer una esterilización del excedente sincerando las tasas de las Lebacs a "al menos 40%". "No puede ser que se salga siempre faltando a los contratos como se hizo ya con el desagio (del Plan Austral), el Plan Bonex (de 1989), el corralito (de 2001)... Y no lo digo solo desde una cuestión ética, también hay un argumento operativo, un gobierno que quiere conseguir una Repo (préstamo de los bancos al Banco Central) afuera no puede arrancar con un default interno y pretender credibilidad y confianza". Una contradicción fuerte que Cambiemos deberá superar si quiere avanzar en ambos frentes.

El ROFEX (mercado de futuros de Rosario) y el MAE (mercado abierto electrónico) no han dado sus versiones oficiales. LPO se comunicó con ellos y no dieron declaraciones. No obstante LPO pudo saber que el MAE, el mercado en el que los bancos son fuertes, y el ROFEX, en el que tienen fuerza las cerealeras, no le dieron la mano a Sturzenegger con su intento de "tablita". Un maremoto de juicios amenazaba a los mercados si legitimaban esta propuesta. "Sería un golpe mortal al ROFEX ser copartícipe de este default." y "Es sencillamente lamentable que acepten un desfalco en vez de proteger a sus inversores" opinó el consultor.

Las razones del fracaso son evidentes. Ni los bancos ni las cerealeras van a facilitarle los dólares al Banco Central si la primera medida del gobierno es primerearlos y hacerlos asumir voluntariamente pérdidas sobre activos legalmente adquiridos en mercados transparentes. "Creo que hay que pagar cash y que de última Vanoli vaya preso", concluyó Espert.

Mientras tanto sigue pendiente la designación de las autoridades de la Comisión Nacional de Valores, el organismo que debe regular y mediar en estos conflictos.