Congreso

Los senadores peronistas ya hablan de cajonear los jueces y las leyes que pide Cristina

Aprueban todo en comisión pero no garantizan ir al recinto. El bloque FpV se dividiría entre PJ y cristinistas.

Aunque por ahora prefieren hacer buena letra, los senadores del Frente para la Victoria planean planchar todos los proyectos que exige Cristina Kichner antes de abandonar el poder, sea cual sea el resultado de ballotage.

Según pudo saber LPO, Miguel Pichetto y varios de sus pares ven difícil que en la sesión del 25 puedan sancionarse la ley de Juventud, que crea cinco organismos para cobijar a La Cámpora; y la bicameral para investigar supuesta empresas cómplices de la dictadura.

Y menos aún avanzar con los 15 pliegos de los jueces de Justicia Legítima, que recién tendrán ingreso formal ese día.

Pichetto, que quiere seguir al frente del bloque en diciembre, no está sólo en esta jugada. El miércoles habló del tema con varios de sus pares como la sanjuanina Mariana Riofrío, el misionero Juan Irrazabal e incluso algunos más cercanos el entrerriano Pedro Guastavino y Juan Manuel Abal Medina.

Todos coincidieron en esperar al ballotage para decidir qué hacer el 25, la fecha elegida por Cristina para sesionar. No fue al azar: esa mañana jurarán los electos en octubre por lo que muchos deberán viajar obligados. 

La presidenta quiere que el 26 también sesiones los diputados para avanzar en proyectos de su interés, como el que le permite quedarse con Yacimientos Carboníferos Fiscales de Río Turbio (YCFRT)  Juliana Di Tullio quiso marcarle la agenda a Pichetto la semana pasada, pero no obtuvo garantías. 

La rebelión la empujan sobre todo algunos gobernadores, hartos de tener que hacer los deberes para la presidenta. El más molesto es el salteño Juan Manuel Urtubey y sus senadores ya tendrían la instrucción de no consentir ningún deseo de la presidenta.

Uno de ellos es nada menos que su hermano Rodolfo, aún presidente de la Comisión de Acuerdos. La otra es María Fiore de Viñuales, oriunda del Partido Renovador, quien ya habría hecho saber que no aprobará los pliegos judiciales.

El primer freno deberían darlo con la bicameral que investiga las empresas con supuestas complicidad con la dictadura, porque la acusación retrospectiva implica a Celulosa S.A., cuyo actual presidente es José Urtubey, otro hermano del gobernador.

Otro gobernador furioso es José Luis Gioja, diputado desde el 10 de diciembre, cuando le deje la administración de San Juan a Sergio Uñac. La semana pasada necesitó un pedido de Scioli para ablandar a sus diputados y sentarlos a votar los auditores de La Cámpora.

En la mini cumbre quedó claro que en diciembre se reestablecerá el bloque PJ y si los kirchneristas acérrimos no lo entienden será su decisión romper.

Tampoco imaginan a muchos en ese grupo. La más segura será Virginia García, cuñada de Máximo Kirchner. Asumirá en reemplazo de Pablo González, vicegobernador electo, y difícilmente se aparte de los deseos de la ya ex presidente Cristina Kirchner.

Los otros camporistas serán la mendocina Anabel Fernández Sagasti y la correntina Ana Almirón. Del resto hay algunos que están dispuestos a levantar la bandera de Cristina en un gobierno de Scioli, pero muchos dudan que se atrevan a hacerlo si el presidente es Macri.

En esa lista anotan al propio Guastavino, su coterránea Sigrid Kunath, el sanjuanino Ruperto Godoy y el neuquino Marcelo Fuentes. Si se suman a los camporistas le quitarían al FpV el quórum propio, aunque no el papel de primera minoría. Al gobernador le alcanza con eso para condicionar al próximo presidente y olvidar para siempre a Cristina.