Economia global

Cristina frente al éxito del modelo peruano

Perú será la sede de la próxima cumbre del Banco Mundial y el FMI. Es el país que más creció en los últimos años.

La semana que viene comenzará la reunión anual del FMI en conjunto con el Banco Mundial, en la que participarán los referentes económicos de los principales candidatos a presidente de la Argentina. El lugar elegido para la cumbre fue Lima, lo que confirma que Perú se ha convertido en un ejemplo para los empresarios y los organismos multilaterales de crédito.

El país andino tiene con qué mostrarse como “modelo” para la región. Durante la última década, fue la nación sudamericana que más creció junto con la Argentina, “a tasas chinas”. Pero a diferencia de nuestro país, que se desaceleró fuertemente desde el 2012, cuando se impuso el cepo cambiario, Perú mantuvo un ritmo de crecimiento en torno al 6%.

En el 2014, mientras la Argentina se contraía producto de la devaluación y la falta de dólares, Perú logró una suba de su producto del 2,4%.

Por otro lado, la diferencia respecto a la suba de precios es abismal. Mientras en tierras pampeanas la inflación superó el 20% anual desde el 2007, en el país andino osciló en torno al 1,5 y poco más del 3 por ciento, salvo en el 2008, cuando la explosiva suba en el precio de los commodities elevó el nivel de precios a escala mundial.

Cristina y Humala en la Casa Rosada.

En materia de Inversión Extranjera Directa (IED), la Argentina también quedó rezagada frente a la próxima sede de la cumbre de FMI. El año pasado, nuestro país captó por esta vía unos U$S 6600 millones, por debajo de los U$S 7600 millones que consiguió Perú, que viene captando cada vez más interés entre los inversores.

En la nación andina, el rubro inversión supera el 25% del producto, de acuerdo a datos del Fondo Monetario. De esa parte, unos cinco puntos están explicados por el sector público.

También los indicadores sociales registraron significativas mejoras. Tan sólo once años atrás, la pobreza afectaba al 58% de la población. Desde ese entonces, el fenómeno no paró de reducirse, año a año, hasta llegar al 22,7% con el que finalizó en 2014.

Las razones del cambio

LPO consultó al economista Orlando Ferreres, un conocedor de la realidad peruana desde hace años. El consultor viene de dar una serie de charlas en Lima y puede dar cuenta de los cambios que atravesó esa sociedad en los últimos años: “Ya no hay gente en la calle pidiendo limosnas ni queriendo lavar los autos en las esquinas”, relató.

“Hace veinte años el país estaba al borde de la desintegración. Hasta que un grupo de empresarios decidieron empezar a ponerle límites al gobierno, y así evitaron que se hicieran locuras con la economía”, analizó Ferreres.

El economista agregó que no sólo hubo una fuerte reducción de la pobreza, sino también de la informalidad, que llegó a afectar al 60% de la economía.

Tampoco el déficit es un problema para los peruanos, a diferencia de lo que sucede en la Argentina. Allí, las cuentas públicas cerraron con un ligero rojo en 2014, que podría aumentar este año hasta un 2% del PBI, frente al 8% con el que finalizará Cristina, replicando el registrado durante el gobierno de Raúl Alfonsín.

Perú tiene el doble de reservas que la Argentina, un déficit cuatro veces más pequeño, libertad de cambio y una inflación que no supera el 3 por ciento anual.

“Ellos pueden financiar el déficit con deuda entonces no es un problema que les genera inflación como acá. Por eso tienen un tipo de cambio estable”, comparó Ferreres.

Y explicó que en Perú rige una especie de Convertibilidad pero con tipo de cambio flexible: los contratos pueden firmarse libremente tanto en dólares como en soles, lo que se conoce como un esquema “bimonetario”.

En ese sentido, el Banco Central de esa nación tiene reservas por casi el doble que la Argentina. Hoy el BCRA cerró la jornada con U$S 33.240 millones, mientras que el peruano posee unos U$S 62 mil millones. La diferencia no puede ser más pronunciada: mientras nuestro país viene perdiendo divisas de manera ininterrumpida desde el 2011, Perú cerró ese año con U$S 48 mil millones (similar a la tenencia de entonces del BCRA), pero en 2012 el stock de divisas ya estaba en U$S 64 mil millones.

“En el 2018 van a madurar numerosos proyectos mineros, sobre todo de oro y cobre, donde tienen menores costos que nosotros”, explicó Ferreres.

El consultor señaló que “la comida peruana es líder mundial” -de hecho su famosísimo restaurant Central salió número uno en el reciente ranking de los 50 Best- y agregó que el país andino tuvo un tremendo desarrollo turístico durante los últimos años.

Otro punto curioso del caso peruano es su diferencia con lo que pasó con Brasil, que se derrumbó en un par de años después de haber sido la estrella indiscutida de la región.

“Enrique Cardoso y Lula Da Silva aprovecharon el precio del hierro y de la soja. Pero Dilma, como Cristina, rifó todo. Congelaron las tarifas, entraron en déficit y se quedaron sin dinero”, se lamentó el titular de Ferreres y Asociados.

El analista dividió a los países en tres: los que tienen inflación por debajo del 4% anual, los que están por debajo del 10% y los que están por arriba de esa cifra. Así, Perú se ubicaría en el primer grupo, el más buscado entre los inversores.

“Ya cuando la suba de precios está entre el 5 y el 10 por ciento anual, es más difícil conseguir inversiones. Brasil está en ese grupo, pero su inflación proyectada ya les da un 12%, lo que los pone en una posición similar a la de Argentina, donde la inversión es muy baja”, concluyó.