Gira histórica

Papamanía en la Quinta Avenida y una inesperada pasión por Argentina

Francisco despertó el frenesí de una rock star en el corazón del capitalismo más sofisticado.

Tal vez no haya ciudad en el mundo másrepresentativa del poder financiero, el consumo, la estética sofisticada, el individualismo,la masificacion y la ambición del hombre que Nueva York. La ciudad de losrascacielos es en ese sentido la contracara perfecta del mensaje de austeridad,misericordia, anticonsumo, espiritualidad y en definitiva religiosidad quepregona Francisco en todas las tarimas a las que se sube.

El contraste sin embargo parecería no haberafectado el carisma de Francisco que revolucionó Nueva York con su presencia ylogró por ejemplo que 80 mil personas hicieran horas y horas de cola paraapenas verlo pasar fugazmente en un recorrido que hizo por la Quinta Avenida y por del históricoCentral Park. Un periódico neoyorquino lo escenificó brutalmente: Un santo enNew York.

LPO acompañó a los "francisquistas"en su procesión y a tono con la multiculturalidad neoyorquina conversó con muchosnorteamericanos pero también con albaneses, tawianeses, irlandeses, filipinos,salvadoreños, venezolanos, costariquenses, colombianos, peruanos y por supuestomuchos argentinos quienes empiezan a ver desplazado a Maradona y a Messi de susreferencias inmediatas, por el Papa Francisco.

Un argentino sigue al Papa con la bandera con slogan mundialista.

Aunque la mayoría de los consultados sedeclaraba católico practicante, resulta difícil creer que en semejante multitudtodos lo sean. Es probable que muchos, como sucede en otras partes del mundohayan comenzado a volver a la Iglesia a partir de la asunción de Francisco. Locierto es que la comidilla entre ellos era que en los medios y en las calles seempiezan a contar testimonios de creyentes de algunas de las muchas ramas delprotestantismo, que predomina aquí en EE.UU, deciden "pasarse" alcatolicismo de la mano de Francisco.

"Cuando vino Benedicto (por BenedictoXVI, el anterior Papa) pude verlo sin problemas, apenas me separaba el cordónpolicial. Ahora con Francisco es imposible. Yo creo que es porque tiene muchapublicidad", explicaba Elsa, una peruana de mediana edad radicada hacetiempo en Nueva York.

Entre los que salieron a ver a Francisco, crecían los casos de creyentes de las muchas ramas del protestantismo que baso su influjo se plantean "pasarse" al catolicismo. 

Julia, peruana y también radicada aquí hace 15años, expresaba su devoción por Francisco "porque nos defiende a losinmigrantes. El es uno de nosotros, es latino y por eso explica las cosas conmás claridad. Para ella Donald Trump el precandidato republicano que vive aquíy se ha opuesto al Papa en el tema migraciones, "no entiende que todossomos hijos de Dios. Mira al de Apple (Steve Jobs) no le alcanzó con todo eldinero del mundo cuando Dios lo llamo arriba".

Pero no solo latinos adoran a Francisco. LPOobservó y conversó con muchos estadounidenses de origen anglosajón (aunquecatolicos) se mostraban distantes del perfil WASP (White anglosajónprotestant) que teóricamente representa Trump. "Lo sigue la genteignorante", sentenció Jackie, una mujer adulta mayor que junto a su maridosoportaron la cola y la espera casi como un sacrificio religioso. La frase, acaso también escondecierto prejucio que hay en las grandes urbes de la costa este para con susconciudadanos del interior más afines a las ideas conservadoras que representa Trump.

Marcha en Nueva York para ver al Papa Francisco.

Julieta es argentina y esta junto con otrasamigas trabajando en Nueva York con una ONG que busca darle vivienda a los sintecho. Ella explica que aquellos neoyorquinos afines al consumo y al dinero, nose sienten molestos con Francisco. "Creo que por el contrario, los hacereflexionar. Encontré varios que me dijeron "Muy bueno tu Papa". Paraella, Francisco plantea sus posiciones buscando tender puentes, acordando y noenfrentando a los que no piensan como el".

Por esa misma razón, conviven en Central ParkIrma, periodista venezolana radicada hace meses en Miami "porque nosoportaba la dictadura de (Nicolas) Maduro (Presidente venezolano con Ernesto,salvadoreño que luce con orgullo una remera del Obispo Arnulfo Romero,asesinado por un comando de ultraderecha en 1980 por "marxista" ysantificado por Francisco este año.

En cuestiones de fe no resulta convenienterazonar. Francisco vio claramente que la modernidad racionalista, que desplazóa la espiritualidad medieval de la centralidad de Occidente a mediados delsiglo XV hoy está en crisis y no encuentra respuestas a sus problemas. Ahí estála Iglesia de Francisco, con respuesta a todo dispuesta a recuperar el espacioperdido. Aun en la secularisima Nueva York que hoy, al menos, lo adoró.