Deuda

Apretado por la caída de reservas, el Gobierno podría lanzar un canje parcial del Boden 2015

En dos semanas debe pagar u$s 6.500 millones, pero se habla de un nuevo canje por Bonar 2024 o 2020.

 En dos semanas vence el Boden 2015, recientemente conocido como medio para comprar dólares "baratos y rápidos". Para afrontar su vencimiento el gobierno deberá desembolsar 6.500 millones de dólares entre capital e intereses, que se pagarán con reservas internacionales del Banco Central. 

No obstante, con las reservas en 33.453 millones de dólares y sin la opción del swap con Rusia, asoma la posibilidad de una nueva emisión de Bonar 24 o de un nuevo bono a 2020 a modo de canje para no debilitar el magro saldo de reservas, que acariciaría el "piso psicológico" de los treinta mil millones, su nivel más bajo desde 2006, evaluaron en diálogo con LPO desde Aeromar Valores.

En un mes electoral, los mercados no esperan que haya un canje compulsivo de títulos y, a su vez, la oportunidad para ofrecer uno de adhesión voluntaria ya no está sobre la mesa. Aunque se da por descontado que habrá una "invitación" oficial a la compra de nuevos bonos de largo plazo y la consecuente "colaboración" de los tenedores institucionales, que en el mercado se calcula que reúnen alrededor de la mitad de los u$s 6.500 millones.

 Estimaron además las fuentes consultadas que en este contexto de racionamiento de reservas y avidez de alternativas de inversión para protegerse frente a la devaluación esperada, que otros inversores se sumen al posible nuevo bono.

El gobierno ya advertía este escenario en diciembre del año pasado cuando ofreció un canje voluntario de Boden 15 por Bonar 24, que no llegó a cubrir todo el vencimiento. Y lleva todo el año demorando los permisos de importación para mantener cerrada la canilla y llegar a octubre con los recursos justos.

Por su parte, el Boden 2015 tiene un valor afectivo con peso específico en la historia del kirchnerismo. Fue el primer bono emitido por el gobierno del ex presidente Néstor Kirchner en 2005 para la reestructuración de la deuda defaultada a fines de 2001 sin la asistencia del ex ministro de economía Roberto Lavagna y del ex secretario de finanzas Guillermo Nielsen. Ya cuando venció en Boden 2012 Cristina Kirchner aprovechó su pago para reforzar el relato del desendeudamiento como la cura a la debacle de 2001. Hoy el pago del Boden 2015 es una señal de solvencia que el gobierno necesita dar a los inversores en el final de su mandato.

No obstante, dejar las reservas en 30.000 millones de dólares implica que queden en la mitad de las existentes en 2010 -año desde el cual no dejan de contraerse- , con la canilla cerrada para los insumos industriales y con una preocupante presión devaluatoria.