Arlink

Dudas sobre el cuarto operador de telefonía celular tras la exclusión de Vila-Manzano

El Gobierno podría lanzar una nueva licitación en plena campaña. Clarín, el principal interesado. Las complicaciones.

Varios meses después de la licitación donde se le adjudicaron las frecuencias de 3G y 4G, finalmente el Gobierno nacional decidió frenar el desembarco del grupo Vila-Manzano en el negocio de la telefonía celular, con lo que abre nuevamente la puerta para el ingreso de un cuarto operador al mercado.

El directorio de la Autoridad Federal de Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (AFTIC) resolvió ayer dejar sin efecto la adjudicación de las frecuencias a Arlink debido a que la firma nunca pagó los 506 millones de dólares que debía desembolsar a fines de junio, diez días después de la asignación.

La resolución de AFTIC deja un misterio sobre qué pasará con esa porción del espectro, ya que no se informó sobre una nueva licitación o un cambio en la estrategia del organismo que conduce el camporista Norberto Berner. No obstante, el futuro está supeditado también a posibles acciones legales del grupo Vila-Manzano, que se descuenta llevará a cabo argumentando que el Gobierno le dio poco tiempo para pagar.

Lo real es que el ingreso de Arlink al negocio de la telefonía móvil siempre se dio en un marco de sospechas porque especialistas del sector coincidían en que a todas luces la empresa no estaba en condiciones de afrontar la enorme inversión que significaba meterse en el negocio. De hecho, Supercanal, una de las firmas emblema del grupo Vila-Manzano, está en concurso de acreedores desde hace años.

A pesar de eso, Arlink había prometido invertir casi 1.200 millones de dólares en los primeros cinco años, aun cuando su patrimonio neto el año pasado era de 1.620.047.320 pesos, como reveló LPO. La firma aseguraba al momento de la licitación que un banco de inversión francés trabajaba en Europa para conseguir inversiones por 1.500 millones de dólares. Pero nunca llegaron.

En las últimas semanas, se especuló también con la posibilidad de que Arlink se asocie a China Mobile, para lo cual el hijo de Daniel Vila habría viajado al gigante asiático acompañado de funcionarios nacionales incluido el propio Berner, según reveló Perfil. Tampoco hubo solución China.

El complicado cuarto operador

La exclusión de Arlink abre nuevamente las dudas sobre el cuarto operador, al que el gobierno le reservó una porción del espectro para ampliar un mercado absolutamente controlado por Claro, Personal y Movistar, empresas siempre beneficiadas por las medidas oficiales.

La creación de la figura del cuarto operador siempre fue considerada un traje a medida para Nextel, la firma que menos complicaciones tendría para meterse en el mercado, por tener una base importante de clientes y también infraestructura para desplegar las redes.

El directorio de AFTIC

Los serios problemas económicos que la empresa tiene a nivel local e internacional le impidieron ingresar a la licitación del 4G, lo que incluso ahuyentó a posibles compradores internacionales. Pero aún sigue siendo una opción muy tentadora para los interesados en ingresar al negocio de la telefonía móvil.

“La ventaja que tenía Nextel era que contaba con una red propia, aunque no tan extendida como la que exige el pliego, además de una base propia de casi 2 millones de clientes y las antenas”, explicó a LPO Enrique Carrier, consultor especializado en telecomunicaciones. “El tema de las antenas no es menor porque reduce mucho los tiempos, tanto de instalación como burocráticos”, detalló.

Por estas razones siempre se especuló con que Arlink se quedaría con Nextel, aunque también podría haber sido una opción tentadora para Clarín. “Cablevisión tiene una red para dar internet, eso le da una base. De haber entrado en la licitación y haber ganado, era candidato a quedarse con Nextel, sus clientes y sus antenas”, opinó Carrier.

La caída de Arlink le abre una nueva puerta a Clarín, que fue muy crítico con el proceso licitatorio del 4G y también con la ley de telecomunicaciones porque -sostuvo- fueron hechos a medida de las telefónicas. “Para Cablevisión tener servicios móviles es más que atractivo, ya que tienden a ser cada vez más relevantes, incluso más que la telefonía fija y la banda ancha”, señaló Carrier. 

El mayor problema para Clarín es, quizás, que debería negociar con el gobierno en plena campaña electoral, si es que se apura una nueva licitación.

No obstante, el director del estudio Carrier y Asociados advierte que la principal traba para el cuarto operador son las condiciones impuestas por el Gobierno. “Más allá de Arlink y su situación económica, esto marca que las condiciones para el cuarto operador son inviables”, sostiene. “Fue uno de los motivos por los que se bajaron Cablevisión y Nextel: alto costo del espectro y el poco tiempo más -con respecto a los otros operadores- que le daban para instalar su red”, agregó.

Carrier explicó a LPO que “incide mucho para el nuevo operador cuando los demás competidores tienen su propia red desarrollada, además de una base de clientes muy importantes”. Claro, Personal y Movistar dicen tener aproximadamente 20 millones de líneas. “El que entra tiene que invertir desde cero, y tiene además el gran costo comercial de tener que robarle clientes a los otros”, señala el especialista. Es por esto que cree que un nuevo pliego debería tener condiciones más favorables y plazos más extensos.

Más allá de estas opciones hay otra variante que podría barajar el Gobierno. La ley de telecomunicaciones establece que AFTIC “podrá asignar en forma directa frecuencias a organismos nacionales, entidades estatales y entidades con participación mayoritaria del Estado nacional”. Allí podría entrar a jugar Arsat, el operador de telecomunicaciones estatal, y asociarse con algún privado (Nextel el más potable) para reflotar el proyecto de Libre.ar, analizó Carrier en un artículo en su blog.