Elecciones 2015

Los contactos secretos de Solá y el sciolismo para ganarle a Aníbal

El diputado quiere ayuda del gobernador y los intendentes para crecer y destronar a Aníbal. Las peleas con Massa.

Felipe Solá está exultante. Aunque el escrutinio lo dejó a 10 puntos de María Eugenia Vidal y 21 del FpV, denuncia que le robaron 3 y está convencido que puede captar una parte de los 19 de Julián Domínguez y pelearle mano a mano a Aníbal Fernández.

En el Frente Renovador no todos se lo toman en serio, pero no lo ven detenerse. Y por si fuera poco, saben que en la última semana le pidió ayuda a Daniel Scioli, intendentes y funcionarios bonaerenses que conoce de su paso por La Plata. “Ustedes saben lo que significa Aníbal”, busca asustarlos. 

Siempre vehemente, Solá hoy le pidió la renuncia al jefe de Gabinete. “Yo renuncié a la Secretaría de Agricultura en marzo del 91 para ser candidato a las elecciones de septiembre y en agosto del 98 para presentarme en el 99”.

“Siempre separé las cuestiones de estado de las ambiciones políticas. Hoy no se hace eso, por el contrario se abusa de ese poder. Por supuesto que Aníbal Fernández debería dejar la jefatura”, afirmó, ignorando que María Eugenia Vidal, su otra rival, es vicejefa de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y tampoco parece interesada en dejar el cargo.

Sin embargo, en privado, a los massistas les recuerda que el PRO también es su rival. “Que les quede claro: A Vidal le quiero ganar. Es lo que más me interesa”, los frena, furioso por los coqueteos entre Massa y Macri, porque entiende que lo desdibujan.

Ustedes saben lo que significa Aníbal, busca asustar Solá a los sciolistas con los que se reúne en privado.

Para crecer, apunta al electorado de Domínguez, quien obtuvo 1.474.840 votos, sólo 30 mil menos que Solá. Aníbal logró un tibio respaldo de los intendentes que acompañaron al diputado en agosto con la excepción de Fernando Espinoza, de La Matanza, el distrito más populoso de la provincia.

Tampoco mostraron entusiasmo por acompañar al jefe de Gabinete el lomense Martín Insaurralde y el Barba Gutiérrez de Quilmes, entre otros destacados barones del Conurbano. De esta tensión se quiere aprovechar Solá, que los conoce desde sus épocas de gobernador peronista.

Espinoza fue vice de Domínguez y en su distrito obtuvieron 204.616 votos, una suma que pude definir el próximo gobernador. Además, Solá también confía en robar parte de los 400 mil sufragios cosechados por el diputado en el interior bonaerense.

Graciela Camaño y Felipe Solá.

“Su objetivo es una elección de tercios, como la de Santa Fe, pero con el apoyo de Scioli y los intendentes para peinar el resultado final y festejar”, dicen los que frecuentan al ex gobernador.

No muchos comparten sus expectativas. En el FpV manejan encuestas que lo muestran a Solá 10 debajo de Vidal y Aníbal y no lo imaginan en levantada.

En el Frente Renovador casi nadie lo acompaña y tiene internas duras. La principal es con Graciela Camaño, a quien acusa de borrarle 300 mil votos con sus fiscales, para dejarlo debajo de Massa. En octubre puede hacer lo mismo y frenarle a Solá las ilusiones de dar el batacazo.