Cristina trató de “burro” a un académico del CEMA por una discusión sobre Hitler

La presidenta polemizó con Alejandro Corbacho sobre las causas del ascenso del nazismo al poder.

Cristina trató de “burro” a un académico de la Universidad del CEMA por una discusión sobre el ascenso de Hitler al poder. La presidenta lanzó una catarata de tuits para replicar a Alejandro Corbacho, quien hoy publicó una columna en Clarín criticando las declaraciones de la mandataria durante la última cadena nacional.

Corbacho es director del Departamento de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Ucema y escribió un texto en donde le pega duro a la jefa de Estado, a la que prácticamente acusa de defender el nacionalsocialismo alemán.

Es que en su última aparición pública, Cristina aseguró que la llegada del nazismo al poder no había sido producto de la inflación, sino de la humillación de Alemania, a partir de las condiciones vergonzantes que los Aliados, durante la Primera Guerra Mundial, habían impuesto a dicho país luego de su derrota, en la firma del Tratado de Versalles.

"Se trata de un argumento utilizado por los defensores de las políticas agresivas y expansionistas que siguió ese país a partir del ascenso del nazismo. La historia académica lo superó al demostrar claramente su insuficiencia para explicar la tragedia que asoló a Alemania y luego al mundo en los años treinta", replicó Corbacho en su columna.

En un artículo titulado "Cristina y sus lecciones de historia", Corbacho sostiene que "en ocasiones, los líderes políticos recurren a las lecciones de la historia para justificar o defender sus acciones. La presidente Cristina Fernández de Kirchner no es ajena a esta práctica. Especialistas han estudiado este fenómeno y concluyen que no está mal usar la historia, el problema es caer en el abuso".

Corbacho argumentó que la inflación, como "impuesto invisible", "reafirmó las desigualdades" y terminó "debilitando las nuevas democracias".

"Ante la crisis monetaria, se abrió el camino a la aventura. La democracia parlamentaria fue reemplazada por el mito y el culto al hombre providencial, el jefe", afirmó en el escrito.

La respuesta de la presidenta no se hizo esperar. Asesorada por Axel Kicillof, su “mano derecha” como ella misma lo definió, agarró un libro de John Maynard Keynes y salió a refutar a Corbacho con virulencia, en un post de su página titulado “Keynes y Corbacho, o la Historia y el burro”

"A Keynes lo he escuchado nombrar, pero ¿Corbacho quién es?. CFK, no entiendo nada de nada...", lo ninguneó a través de su cuenta en Twitter.

“No te preocupes. Alejandro Corbacho, que es director del Dpto. de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la Universidad del CEMA (UCEMA), tampoco entiende nada", sentenció.

"Y lo que es más grave, tampoco sabe sobre lo que escribe y publica....Y fíjate... es todo un académico, o por lo menos se presenta como tal. Así que por favor, que no se te baje la autoestima", agregó la Presidenta.

"Cuánto mejor nos iría a los argentinos si algunos leyeran y supieran más de lo que escriben y hablan", reflexionó, furiosa.

“Como verás mi afirmación del 5 de agosto no era producto de mi falta inhibición, sino de mi lectura respetuosa de John Maynard Keynes. No sólo uno de los protagonistas del Tratado de Versalles, sino de uno de los más grandes economistas, historiadores y ACADÉMICOS (de los de verdad) en la historia mundial”, lo cruzó la mandataria.

La respuesta de Corbacho

Más tarde, Corbacho habló con Clarín y La Nación y se mostró sorprendido por la virulencia con la que lo trató Cristina.

 "Estoy sorprendido por la ferocidad del ataque. Que me ponga el apodo de burro me sorprende, porque he estudiado mucho este tema. La explicación y la teoría sobre el nazismo no se basa en leer sólo a Keynes, que escribió en 1919 y no vio lo que venía. Desde lo académico hay un largo debate histórico sobre las reparaciones a Alemania", argumentó.

 Lamento que como representante de los argentinos tenga esta actitud. A mí mis padres me enseñaron a respetar la investidura presidencial. Me dice burro, pregunta quién soy. Si pudiera indagar un poco sobre mí va a ver que algunas cosas hice”, se indignó el académico.

"La señora se enoja conmigo porque no le gusta lo que dije. Los políticos recurren a los argumentos históricos sin pensar que están haciendo entender algo equivocado. Ella leyó un libro de 1919, yo estudié con personas distinguidas, y no estoy diciendo que yo sea distinguido. Creo que está nerviosa. Porque en la columna yo termino en el argumento de que es más preocupante pensar que Hitler llega al poder por los grupos parapoliciales, la violencia política", se despachó el politólogo.