Mendoza

El PRO mendocino está furioso con Cornejo por su reunión con Kicillof

El gobernador electo visitó al ministro para pedirle garantías del Banco Nación. Al PRO no le gustó.

Alfredo Cornejo visitó Axel Kicillof para comenzar a negociar si seguirá o no siendo el Banco Nación el agente financiero de la Provincia, vínculo que vence el 22 de diciembre. Pero su apuro dejó mal parado al PRO, cuyos referentes estallaron en furia. 

Kicillof lo hizo esperar  6 horas para atenderlo y esa reunión provocó la desconfianza del PRO, sobre todo porque se trata del único radical que demostró liderazgo propio en su provincia y ser “el dueño” de los votos, muy a pesar de Mauricio Macri y sus seguidores.

“Para la campaña nos mostraba junto a él, caminábamos, tocábamos timbre, pero ahora que ganó no nos da cabida, ni nos consulta nada”, se quejó un macrista mendocina sobre Cornejo y su reunión con Kicillof.

Pero más allá del llanto político, la cuestión de fondo es que el macrismo se siente completamente fuera del nuevo gobierno de Mendoza. Saben que Cornejo no piensa repartir ministerios, ni hacer un cogobierno, ni nada que se le parezca.

Y la cuestión que charló con Kicillof –usando de intermediario al titular de La Banacaria, el radical mendocino Sergio Palazzo– tuvo que ver con un tema clave para la gestión que viene: si el Banco Nación seguirá siendo el agente financiero de Mendoza.

Con el diálogo cortado con Paco Pérez, impresindiblemente Cornejo debe avanzar en analizar esa situación: el 22 de diciembre vence el contrato actual, pero si lo quiere extender –por otros 5 años– deberá decirlo antes del 22 de octubre, 60 días antes.

El Estado mendocino, tras el Estado nacional, es el segundo cliente más importante del Banco Nación. Maneja nada menos que una masa salarial mensual de 100.000 personas, más todas las cuentas asociadas a los distintos ministerios. Su principal sucursal en Mendoza es la segunda en manejo de fondos detrás de la casa central en Plaza de Mayo. La importancia de Mendoza como cliente está clara.

Cornejo lo sabe, y quiere cerrar lo antes posible y sin la intervención de Paco Pérez, la promesa de Kicillof, o mejor dicho del FpV, de que el Nación le dará financiamiento por unos 6.000 millones de pesos apenas asuma para poder controlar el descalabro financiera que espera encontrarse el 10 de diciembre.

De eso se trata la negociación que lleva adelante Cornejo a espalas del PRO pero, lo más llamarivo, con la certeza de que el próximo presidente de la Nación no será justamente Macri.