Congreso

En el Senado repudiarán a la esposa de Alperovich por ironizar sobre la violencia de género

Será en la sesión del 9 en el Senado. Además, le recriminarán haber dicho que los tucumanos “no son indios”.

Beatriz Rojkés de Alperovich deberá explicar en la sesión del 9 porqué ironizó sobre la violencia de género para atacar a su coterránea radical Silvia Elías de Pérez, durante un debate por la represión de la policía tucumana a manifestantes que denunciaban fraude en la elección del domingo.

Como contó LPO, la esposa del gobernador de Tucumán cerró su discurso con un frase repudiable: “Quiero felicitarla, senadora, porque a pesar de todo el maltrato que usted ha sufrido -y que le encanta, porque la violencia se da de a dos, es como un matrimonio de violentos y de golpeados, la violencia se da de a dos”, afirmó, con media sonrisa y mirando a Elías de Pérez.

La senadora radical aclaró que no fue víctima de violencia de género, pero que “defiende a todas las mujeres que tienen el dolor de pasar por esta barbaridad. No es verdad que a una mujer conciente le gusta que le peguen. Eso es una barbaridad. Eso solamente lo dice un corazón totalitario y con mente fascista”, la acusó en declaraciones radiales.

La frase de Rojkés retumbó al final de la sesión y Elías de Pérez anticipó que pedirá una cuestión de privilegio en la próxima reunión, que será el 9 y para aprobar la restricción a la venta de acciones de Anses en compañías privadas.

Por si fuera poco, la mujer de Alperovich, que termina su mandato el 10 de diciembre, no fue una senadora más: Cristina la eligió como presidenta provisional del Senado entre 2011 y 2013, o sea, como la segunda en la línea sucesoria del país. Hubo días en que le país quedó a cargo de ella.

“No puede haber dicho eso. Hay alguien que es víctima de violencia de género y un victimario. Fue fuera de lugar y se lo vamos a decir”, anticipó la senadora chubutense Graciela Di Perna, cercana a Mario Das Neves.

Elías de Pérez había relatado su ingreso a la gobernación tucumana minutos después de la violenta represión. Contó que el jefe de la policía no quería dar intervención a la justicia y tenía reducidos a cinco jóvenes, entre ellos a un enfermo de parkinson.

Rojkés esperó al final de la sesión para hablar, luego de una dura respuesta de su par del FpV Sergio Mansilla, el mismo que el domingo dijo que deberían sacarlo con los pies para adelante.

Empezó leyendo un prolijo descargo, en el que adjudicó la represión a un policía irresponsable que disparó un matafuego. Y cuando le recordaron que estaba prohibido leer los discursos de despachó con rabia contra la radical.

En el Congreso creen que no se refirió a supuestas situaciones de violencia de género sino a que Elías de Pérez no asumió como diputada y ocupó la banca de José Cano en el Senado, un enorque acordado en 2013.

Pero su definición sobre que “en los matrimonios la violencia se da de a dos” fue explícita y no hay metáfora que pueda bajarle el tono.

El descargo de Elías de Pérez incomodará a las senadoras del FpV, porque deberán optar por callarse o acompañar la moción. Por lo general, el oficialismo envía las cuestiones de privilegio a la Comisión de Asuntos Constitucionales y ahí quedan cajoneadas.

La santafesina Roxana Latorre, habitual aliada del oficialismo, fue una víctima colateral del incidente cuando Rojkés la increpó por caminar en el recinto durante su discurso, situación más que repetida en las sesiones. “¡Puede sentarse! ¡Esto es serio!”, le gritó.

“Yo creo que la senadora estaba exaltada”, admitió Latorre a LPO. “Y no comparto lo que dijo sobre la violencia de género. Claramente se pierde la perspectiva cuando se traen temas provinciales”, se quejó.

Rojkés no sólo metió la pata en el recinto: en una entrevista radial se exaltó y regaló otra frase difícilmente aceptada en el glosario del kirchenrismo.

"Por ahí pienso que nos están subestimando mucho, los tucumanos no somos indios ni salvajes ni ladrones, no se confundan”, amenazó.

Norma Morandini, del Frente Cívico de Córdoba, anticipó que exigirá la intervención del Inadi. “Es una locura que nadie diga nada. ¿Cómo es eso? ¿Está mal ser indio?”, se preguntó.

“El problema en estos casos es que para los hombres se trata de una discusión de chicas. Y miran para ver cuando termina”, agregó Morandini. Se verá como reaccionan el 9, cuando el escándalo de Tucumán vuelva a acaparar la sesión del Senado.