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Hay que olvidarse del viento de cola

Si bien no estamos en las vísperas de una crisis mundial, las novedades de China vaticinan una década en la que los dólares ingresarán más despacio

La devaluación del yuan y la desaceleración de China impacta directamente en América Latina por dos vías, una de ellas son los precios de los commodities, que se ajustan a la baja, y la otra es que una China que se desacelera, traccionará menos en América Latina.

Estamos ante un mercado internacional con bastante volatilidad porque todas las monedas se encuentran devaluando contra el dólar, pero cuando lo hace China, que es la segunda economía mundial, genera un impacto mayor. El problema principal es que por diversas variables, da la sensación de que China está creciendo menos del siete por ciento previsto y eso empieza a generar preocupación y desconfianza en los mercados y en los inversores.

Todos estamos atentos mirando a China, pero en realidad, la mayor preocupación es Brasil que va a tardar cinco años en recuperar los niveles de la demanda de 2013. Debemos prepararnos entonces para una región que va a demandar mejoras de competitividad muy fuertes para expandir nuestra producción.

En ese sentido, hay que olvidarse del viento de cola y de los súper commodities. Las novedades de China vaticinan una década en la que los dólares ingresarán más despacio y será necesario hacer grandes mejoras de competitividad para aumentar las exportaciones y lograr financiamiento para crecer y por inversión extranjera directa.

De todas formas, no estamos en las vísperas de una crisis a nivel mundial como vivimos en 2008. El mundo no está sumido en una burbuja y si alguien supone que hay una burbuja en China, el gobierno de ese país tiene instrumentos de política económica para controlarlo.

Quien asuma como nuevo gobierno en nuestro país deberá contar con un programa económico coherente, mejorar los criterios de gestión y hacer más eficiente el gasto público. Esos ejes van a tener que estar a la orden del día de todas las agendas de política económica porque no vamos a tener un mundo con la tracción que se registraba anteriormente.