Elecciones 2015

Lo que el agua se llevó

Por estos días la pregunta de todos los analistas es acerca de cuántos votos le costó a Daniel Scioli la inundación de su provincia. Y esto, hasta no medir nuevamente intención de voto, es difícil de saber.

Por estos días la pregunta de todos los analistas es acerca de cuántos votos le costó a Daniel Scioli la inundación de su provincia. Y esto, hasta no medir nuevamente intención de voto, es difícil de saber. Pero hay un dato: las elecciones PASO se realizaron durante la primera parte de la inundación. Es decir que se votó desde la inundación. Así, el efecto que esta puede tener, o parte de ese efecto, ya está reflejado en el resultado electoral que no parece haberlo registrado. Todas las encuestas daban entre 36% y 38% para la fórmula del FpV que terminó reuniendo el 38.41% de los sufragios a nivel nacional y el 39.49% en la provincia, donde los pronósticos más optimistas auguraban algo más de 40 puntos en estudios que reportaban márgenes de error de +/- 2%. Si las encuestas eran correctas, se debe suponer que no hubo efecto inundación.

En los días siguientes a los comicios los medios opositores criticaron fuertemente la supuesta falta de prevención de parte del gobierno provincial. Esto podría o no tener efecto sobre una elección que se realizará dentro de dos meses, pero es probable que más allá de aquellos directamente damnificados muy pocos electores modifiquen su voto. Los argentinos somos, se sabe, poco memoriosos.

La verdadera intriga es acerca de si Scioli conseguirá ganar en primera vuelta. Y esto tiene varios aspectos: el primero es saber si Mauricio Macri retiene la totalidad de los votos de Sanz y Carrió, 5.79%. Las experiencias anteriores de elecciones de PASO parecen indicar que nunca es una suma directa. Y una pérdida de esos votos, aun pequeña, agrandaría significativamente la brecha entre Macri y Scioli, acercando a este al mágico 10% de diferencia necesario para ganar en primera vuelta. Ambos bandos especulan con sumar votantes del espacio UNA, pero este espacio parece consolidarse y no se configura aún un escenario de polarización que podría erosionar el caudal electoral de Sergio Massa. Así, el escenario parece indicar que la elección se definirá por una variación de menos de dos puntos respecto del resultado de las PASO. Si Macri pierde apenas uno de los cinco puntos que le sumaron sus socios y Scioli consigue captar el voto Rodríguez Saá, no habría segunda vuelta. Y, si estas pequeñas variaciones no sucedieran, los argentinos realizaríamos el primer ballotage presidencial de nuestra historia.

Por último un dato que surge del escenario actual es como mínimo curioso, paradojal. En un eventual ballotage Scioli/Macri el voto Massa migraría significativamente más hacia Scioli que hacia Macri, dejando al primero muy cerca del 50%. Pero en un escenario Scioli/Massa la totalidad del voto Cambiemos iría para Massa, ya que estando compuesto por electores claramente anti- oficialistas nunca podrían votar a D. Scioli. Paradójicamente, el candidato que obtuvo el tercer puesto en las PASO tiene mejores posibilidades de ganar el ballotage que el que consiguió el segundo.

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