Elecciones 2015

La elección sigue abierta y llegó la hora de la política

Scioli tiene que encontrar los votos que eviten el ballotage. El desafío para Macri y Massa.

Las primarias no resolvieron la disputa presidencial, comoocurrió cuando Cristina Kirchner aplastó a sus rivales al buscar a lareelección y convirtió a las generales en un trámite aburrido. Esta vez, elpartido sigue abierto.

La jornada dejó un ganador formal que fue Daniel Scioli, quetuvo un triunfo con sabor a poco; un derrotado entusiasmado como Mauricio Macrique quedó se ve en el ballotage; y un ganador “moral” como Sergio Massa, quedescartado de la pelea por encuestas y factores de poder, demostró que siguevivo.

Acaso desde ese lugar de underdog que da la sorpresa, Massa se sintió libre para plantear lo que quedósobrevolando: La necesidad de algún tipo de articulación entre la oposición,para asegurar el desalojo del kirchnerismo del poder. Convocó a Macri yStolbizer a acordar ya políticas de Estado.

No está mal. Massa no va a resignar su candidatura ni la deFelipe Solá. O sea que la oposición seguirá dividida, pero tal vez busca generarun ecosistema de acuerdo amplio opositor que proyecte una imagen degobernabilidad, acaso uno de sus puntos más flacos.

El problema es obvio y busca reparar un pecado original: Lanegativa a realizar una gran PASO opositora. Si el PRO, la Coalición Cívica yun sector de la UCR no se hubieran tentado con ese purismo anti peronista,seguramente esta noche la elección presidencial estaba liquidada.

“En el peronismo queremos hacerle un homenaje a DuránBarba”, bromeaba un operador del sciolismo, que desde la lógica de poderdesnudo que se profesa en esa fuerza, nunca entendió la masoquista división opositora.

Massa pasó de la soberbia del predestinado a la humillación.En la negociación agónica con Macri aceptó ser su candidato a gobernador y enel PRO despreciaron hasta esa rendición. “Me caí de un cuarto piso y sigovivo”, comenta para explicar el tobogán de vértigo que vivió en esta campañapresidencial.

Ahora Macri y sus aliados deberán repensar con mucho cuidadoese purismo y encontrar la manera de contener a Massa en un ámbito decompetencia electoral. No es muy complicado si se hace política. Puede ser unjuego win-win si logran transmitir a la sociedad la imagen de un bloque deGobierno que más allá del turno electoral, ya está proyectando la Argentina queviene.

El mapa de la elección

Scioli pierde la oportunidad de liquidar la pelea por lapésima elección en Córdoba, donde el kirchnerismo bajó a registros dignos de la izquierda dura. También influyó el no arrollador –en términos de resultados históricos- registro del peronismoen la provincia de Buenos Aires, donde sorprendió María Eugenia Vidal convirtiéndose en la candidata más votada y Felipe Solá con una excelente elección. 

Así como pesó fuerte Capital donde Cambiemosduplicó al FpV. A Scioli lo salvó el Norte, como siempre, y los resultados parejos enMendoza y Santa Fe.

Esta noche este resultado generaba un efecto paradójico alinterior del oficialismo. El núcleo duro celebraba por lo bajo el resultadoajustado, que según su visión, evitaba una emancipación plena de Scioli. “Ahoratiene que venir a buscar los tres puntos que se fueron con Randazzo, si no lemete mística kirchnerista no llega”, afirmaban siempre prestos para encontrarel error en el otro.

Máximo Kirchner fue más claro: “En estas PASO ningún candidato presidencial superó el 40% y eso demuestra que el pueblo no quiere a ningún dirigente protegido por los medios y los grupos económicos”, afirmó al festejar su victoria en Santa Cruz, en lo que fue la critica más dura que recibió en la jornada el candidato oficialista.

La Cámpora, con su etnocentrismo habitual, celebraba además quedespués de una larga historia de derrotas, conseguían sus primeros triunfoselectorales en bastiones del Conurbano como Moreno y Lanús y otras intendencias menores.

¿Está perdida entonces la elección para Scioli? De ningunamanera. Pero la gran pregunta es de dónde sacará los votos que le faltan para evitarel ballotage.

Tiene una tarea formidable por delante. Porque los supuestos trespuntos que le faltan de kirchnerismo duro no son suficientes. Deberá extremarsu plasticidad para seducir a ese sector, al mismo tiempo que amplia laadhesión de independientes.

La victoria de Aníbal Fernández en las primarias paragobernador, lo pueden ayudar en un sentido y complicar en el otro. Pero esa esla dualidad que transitó todo este tiempo. Sólo que ahora deberá superar elácido de la prueba final que le marca el cronograma electoral.

En definitiva, la pelea sigue abierta. Ahora sí, la tableta marca "segundosafuera”. Lo que no resuelva la política, difícil se solucione en otro lado. Acasoserá por eso, Scioli despidió esta noche emocionado al Chueco Mazzón, ante elrictus de desagrado que no pudo disimular su vice, Carlos Zannini.