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La crisis de Brasil impactará en el comercio bilateral

La devaluación del real y el nuevo recorte de gastos afectará a nuestro país con una mayor caída en el volumen de exportaciones argentinas.

La devaluación del real, la revisión de metas fiscales dispuestas por el gobierno de Brasil y el nuevo recorte de gastos, afectará a nuestro país con una mayor caída en el volumen de exportaciones argentinas a ese país, lo que impacta directamente en la actividad industrial.

Por lo pronto, Brasil seguirá dando malas noticias, ya que reducirá la demanda de nuestros productos y eso impacta en la industria argentina, fundamentalmente en el sector automotriz, uno de los principales motores de la actividad nacional. No obstante, son variables que el sector productivo local ya evaluaba y que previó en sus proyecciones de inversión y ventas.

Para analizar lo que sucede en Brasil, hay que entender que se está diluyendo el programa de ajuste encarado por el gobierno del Planalto por la crisis política que atraviesa, lo que impacta directamente en sus planes de recuperación. Entonces, propios y ajenos descuentan que la salida de la recesión del país vecino va a ser más lenta. Las nuevas expectativas son que nuestro principal socio recién podrá exhibir una recuperación a partir del segundo semestre del año próximo y recién luego, se verá un impacto positivo en nuestro país.

Los números del comercio bilateral reflejan este diagnóstico. En el primer semestre, el intercambio acumuló una caída del 16,7%, alcanzando los U$S 12.033 millones. La contracción surge como resultado de una caída tanto de las importaciones desde Brasil (-12,7%) como de las ventas hacia el socio (-21%). El déficit acumulado es de U$S 923 millones, cifra que representa un crecimiento fuerte del mismo si se lo compara con los U$S -383 millones del primer semestre del año anterior.

En ese sentido, la devaluación del real aumenta la brecha competitiva entre los productos argentinos y los brasileños y eso podría afectar al entramado local, potenciando el rojo comercial y la poca competitividad de los productos locales.

El país vecino está atravesando cuatro crisis: económica, política, por la corrupción (por el caso Petrobrás) y una hídrica, que afecta fundamentalmente a San Pablo. Estas cuatro crisis se retroalimentan y potencian, y obligaron recientemente al gobierno a revisar sus metas de ingresos y gastos para exhibir cuentas ordenadas, acceder al financiamiento y preservar sus calificaciones de riesgo.

En ese marco, el gobierno de Dilma Rousseoff no logra un aval político a su programa de ajuste por la resistencia que encuentra en la Legislatura, producto de la seria situación que atraviesa la alianza gobernante y el rechazo de los partidos de oposición. El impacto de estos desencuentros se reflejan en los mercados: el real se redujo ayer casi el 2 por ciento hasta tocar los 3,285 reales por dólar, acumulando una depreciación del 3 por ciento en lo que va del mes.

La expectativa es que esta tendencia en Brasil continúe hasta que su gobierno comience a superar, de manera coordinada, sus cuatro crisis agobiantes.