Hotesur

El pacto de Zannini y los camaristas detrás de la caída de Bonadio

La mano derecha de Cristina le prometió al camarista Farah que no lo removerán de su subrogancia.

El candidato a vicepresidente Carlos Zannini, consensuó quitarle al juez Claudio Bonadío la delicada causa Hotesur, a cambio de mantener al camarista Eduardo Farah, en la subrogancia de la Sala I de la Cámara Federal.

Farah ocupa la Sala II junto a Jorge “Paty” Ballesteros y Eduardo Freiler, que se dice amigo de la Presidenta.

La causa a cargo de Bonadío es una de las que más preocupa a Cristina Kirchner porque involucra a su hijo Máximo, que competirá por una banca de diputado nacional por Santa Cruz, lo que le garantizará fueros ante cualquier inconveniente.

En esta causa se investigan los delitos de lavado de activos e irregularidades registrales, contables e impositivas a través de un grupo de empresas y contadores que se relacionan a la firma Hotesur S.A, que administra los hoteles de la familia presidencial.

El Gobierno logró separar al magistrado con sustento en las nulidades que planteó la sobrina de la presidenta, socia y directiva de Hotesur, Romina Mercado, quien ya había recusado a Bonadío en varias oportunidades, intentando por todos los medios trasladar la causa a la jurisdicción del sur, más afin a los deseos presidenciales.

Mercado había planteado la nulidad del informe pericial ordenado por Bonadio y los camaristas Ballesteros y Freiler convalidaron el vicio procesal en un ciento por ciento, con la disidencia de Farah.

Bonadío ya tenía decidido llamar a indagatoria a Máximo Kirchner, tras la feria judicial de invierno y mandó a realizar una pericia contable esta semana que indignó al kirchnerismo. De ahí la fulminante decisión.

Las pruebas contundentes de los desvíos de fondos serían suficientes para un procesamiento, confirmaron a LPO allegados al magistrado desplazado.

Pacto de caballeros

Fuentes judiciales afirmaron a LPO que la decisión de la Cámara Federal de apartar a Bonadío se selló con un “pacto de caballeros”.

La polémica ley de subrogancias le dio al Gobierno la fuerza necesaria para forzar la decisión de los camaristas, que seguramente condene el caso Hotesur a una lenta instrascedencia.

En la Justicia especulan con que la Corte será la encargada de frenar la ley que habilita al Consejo de la Magistratura a nombrar jueces subrogantes de una lista de conjueces (abogados y secretarios letrados afines) con los siete votos que mantiene el oficialismo.

Por ello, la decisión de Bonadío de llamar o no a indagatoria a Máximo Kirchner, dependió hasta la semana pasada en la continuidad o no de Farah en la Sala I de la Cámara Federal.

El Gobierno convenció a los camaristas Ballesteros y Freiler de la necesidad de apartar a Bonadío y ofreció mantener a Farah en la Cámara. Se trata de único magistrado que vota “ajustado a derecho” cuando ejerce esa subrogancia, afirmaron a LPO fuentes judiciales.

Farah ya puso al Gobierno contra la pared en varias causas sensibles como fue la del Memorandum con Irán en la que fundó con sólidos argumentos la inconstitucionalidad del pacto que cedía “la soberanía argentina a un país investigado por activo participante del atentado”.

Farah es un hombre preparado y sereno, explicaron a LPO las fuentes consultadas. La indagatoria a Máximo Kirchner habría preocupado al extremo a la presidenta que envió a sus operadores a evitar esa posibilidad a como de lugar.

El futuro de la causa

El juez Bonadio se enteró antes que nadie de su caída, tras una reunión con los camaristas Freiler y Ballesteros que lo anoticiaron de la resolución.

Ahora las esperanzas de que Claudio Bonadio retome su lugar quedan a cargo de la diputada Margarita Stolbizer, querellante en la causa, o del fiscal Carlos Stonelli.

Ellos serían los únicos con la legitimidad requerida para apelar la medida, que debería definirse en la Cámara de Casación, terreno de una batalla campal por la presión extrema del Gobierno para colonizar esa instancia clave, que derivó en la expulsión del juez Luis Cabral.