Pobreza

Graziano Da Silva, el nexo del Gobierno para kirchnerizar la FAO

El organismo internacional pasó de criticar las políticas argentinas a elogiarlas fervientemente. El rol de Casamiquela.

Los sucesivos y exagerados elogios de la Oficina de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) hacia la Argentina por su lucha contra el hambre y la pobreza generaron un alto grado de sospechas no sólo en ámbitos políticos sino también en el sector agropecuario.

Sucede que, según pudo averiguar La Política Online, en dichos ámbitos llama la atención el giro que tuvo la FAO en los últimos años hacia las políticas agroalimentarias de la Argentina. Es que, en 2013 -hace apenas dos años- la FAO se animaba a criticar públicamente al Gobierno nacional.

Pero, claro, eran otros tiempos: en ese entonces el organismo internacional miraba con malestar las restricciones a las exportaciones de materias primas (trigo, maíz, leche y carne) que sigue aplicando el kirchnerismo en el marco de su guerra con la Mesa de Enlace y los productores agropecuarios.

"Sólo Argentina y Paraguay han mostrado un estancamiento en los niveles de desnutrición global en menores de 5 años entre el período 1990-1996 y 2005-2012, mientras que el resto de los países presenta importantes avances", remarcaba la FAO en aquellos tiempos.

Pero, misteriosamente, todo cambió en 2014 y 2015. La asunción del brasileño José Graziano da Silva al frente de la FAO -si bien en sus dos primeros años de mandato no fue fácil- cambió la relación política y los cuestionamientos pasaron a convertirse en fervientes elogios.

Así fue como Da Silva -un hombre de confianza del ex presidente Lula- se fue alineando de a poco al pensamiento kirchnerista a partir de la llegada de Carlos Casamiquela al Ministerio de Agricultura en 2013 tras la salida del chubutense Norberto Yauhar.

Cristina con Da Silva, Casamiquela y Timerman

En este contexto, los que conocen a fondo del tema remarcan a LPO que los elogios de Da Silva a las políticas argentinas no son gratuitos. A cambio, el kirchnerismo votó a favor de la reelección del brasileño al frente de la FAO por cuatro años más el 6 de junio pasado.

En la mencionada elección, Da Silva -con apoyo del gobierno argentino- consiguió 177 votos de los 182 emitidos (algo similar a lo que ocurría hasta hace poco tiempo en la FIFA con las elecciones de sus presidentes que ganaban por amplia mayoría).

Por tal motivo, quizás, se entiende que la FAO destaque en su informe del 2015 que "la pobreza y la pobreza extrema en la Argentina alcanzan el 4,3% y 1,7% de la población respectivamente", tal como lo citó Cristina Kirchner y repitió Aníbal Fernández.

El tema es que, las fuentes consultadas señalan que los directivos de la FAO no se tomaron el trabajo de realizar un gran estudio de campo para recoger esas polémicas cifras, sino que tomaron datos de la CEPAL, que a su vez recogió los números del INDEC.

"A partir de la relación política entre Da Silva y Casamiquela, la FAO de alguna manera kirchnerizó sus estadísticas porque ahora toma como base al INDEC", dijo un ex funcionario del Ministerio de Agricultura que convivió con la versión más crítica del organismo internacional.