Elecciones 2015

La estrategia de Scioli para no correr riesgos en la interna con Randazzo

Se recuesta en los gobernadores del norte. Zamora y Fellner suenan para vice. Sus alianzas con partidos provinciales.

Daniel Scioli no subestima la primaria con Florencio Randazzo pero sí dice tener claro como ganarla sin transpirar más de la cuenta, aun cuando Cristina Kirchner comenzó a presionar a gobernadores e intendentes para apoyar al ministro.

Su idea es fortalecerse donde más diferencia hace: el norte del país, cuyo y Santa Fe, donde el domingo espera una buena elección de Omar Perotti el domingo. 

En el norte está su bastión más fuerte. Gerardo Zamora (Santiago del Estero), José Alperovich (Tucumán), Lucía Corpacci y Dalamcio Mera (Catamarca), Eduardo Fellner y José Urtubey, consideran que Scioli podrá fortalecerlos mucho más que Randazzo.

Gildo Insfán (Formosa) y Jorge Capitanich (Chaco) también ven mejor al bonaerense, pero prefieren no mostrarse en ningún bando. El mendocino Francisco "Paco" Pérez fue uno de los primeros sciolistas y sigue siéndolo en sus últimos meses de gobierno. 

Cristina conoce el poder de estos territorios. Sólo por la supremacía que le permitieron obtener los gobernadores del norte, en 2007 pudo descontar sus pobre performances en las grandes ciudades del país y ganar en primera vuelta. En 2011 también arrasó en esa zona, aunque no fue tan clave pare evitar el ballotage. 

Scioli ya los quiere hacer jugar. Propone a Zamora como compañero de fórmula, porque le atribuye varias virtudes: es capaz de sacar 80% de los votos (un promedio de 300 mil sufragios) y es reconocido como propio en la Casa Rosada. Nadie recuerda que es radical.

La otra opción es Eduardo Fellner, gobernador de Jujuy y presidente del PJ, aunque seguramente buscará una reelección. “O es Zamora o es una fórmula bien peronista”, repiten en La Plata, donde reconocen que el ministro se hace sentir en el área metropolitana. 

“Daniel sabe que puede perder con Randazzo por unos puntos en Capital, que en la provincia no saca gran diferencia, pero en el resto del país está 35 a 7. Y no será fácil que le descuenten, porque el ánimo de los gobernadores es volver al peronismo”, explicó un dirigente del interior que frecuenta al gobernador.

Es que para volver al peronismo, en las gobernaciones quieren un presidente propio y sólo lo creen posible con Scioli. 

Cerca de Randazzo admiten que en el NEA y el NOA todavía está lejos del nivel de conocimiento necesario para competir, pero confían en que la campaña lo ayude a crecer. La excepción es Córdoba, donde ningún candidato del FPV talla fuerte.

“Scioli viaja a las provincias con Karina (Rabolini), firma un convenio con el Banco Provincia y al otro día se va. Logra que salga en todos lados. Nosotros vamos una semana, hablamos con todos los intendentes, Randazzo va a la gobernación y luego llevamos a los intendentes a la Casa Rosada”, se jactan en el escueto equipo de campaña del ministro.

Con la tranquilidad de haber logrado la tercera reelección en Salta, Urtubey blanqueó el viernes su cercanía a Scioli y rompió el terreno de la neutralidad. 

Fue una forma de marcarle la cancha a Cristina: “Daniel Scioli le garantiza a nuestra región políticas públicas en el NOA y NEA que harán crecer a nuestras provincias y por eso lo vamos a acompañar en su candidatura a Presidente”, dijo Urtubey. Claramente dio a entender que el candidato de la presidenta no reunía esos requisitos. 

La popularidad del bonaerense es tanta en esa zona, que el viernes el Partido Liberal de Corrientes se expresó a favor de Scioli, cuando parecía natural que lo hicieran por el PRO. 

El salteño abrió así un capítulo impensado, donde se comprobará hasta donde los mandatarios que todavía no reeligieron están dispuestos a poner el cuerpo por Scioli, a riesgo de sufrir represalias si todo no sale como lo planean.

No es lo que venía ocurriendo. Urtubey y Capitanich lejos estuvieron de rebelarse cuando el protocolo presidencial se adueñó de sus festejos. Los intendentes del conurbano tampoco son muy rebeldes: aceptaron el pedido de Zannini para no aislar a Randazzo.

Pero la verdad se verá el 9 de agosto. “Nosotros somos Menem. Y Scioli es Cafiero”, se entusiasman los randazzistas. Saben que arrancan de atrás y que no falta tanto.