Elecciones 2015

Macri cerró la puerta a un acuerdo con Massa y De Narváez y va con fórmula propia

Por qué no quiere una paso opositora. Quiere a Marcos Peña como vice pero tiene dudas. Bronca con Sanz y Carrió.

Mauricio Macri le cerró la puerta a un acuerdo con Sergio Massa pese a los intentos de un sector del Frente Renovador para competir en una gran primaria opositora y decidió que se presentará con fórmula propia.

En el PRO no hicieron caso a las presiones de los propios aliados, Ernesto Sanz y Elisa Carrió, que pidieron sumar a Massa a una Paso y a Francisco de Narváez en la provincia, respectivamente.

“Se asustan y hacen radicaladas”, dijo a LPO una alta fuente del PRO y admitió que en el partido amarillo cayeron muy mal las palabras de Lilita en el programa de anoche de Joaquín Morales Solá. “Un desastre Carrió defendiendo a De Narváez que le pega a los periodistas”, dijo la fuente. Lilita debió juntarse a almorzar con Macri por ese tema y luego salió a aclarar que no había que "flexibilizar" el frente y que no era necesario sumar a Massa o De Narváez. Es decir, se desdijo en menos de 24 horas y pareció reconocer la jefatura política del líder del PRO.

Jaime Durán Barba, el asesor estrella de Macri, le advirtió al ingeniero que cada vez que se mezcla con radicales y peronistas, baja en las encuestas. Por eso en el PRO ya habían decidido esconder a Sanz y Carrió en la campaña y descartar a Carlos Reutemann como candidato a vicepresidente.

En la provincia, en tanto, señalan que María Eugenia Vidal mide más que De Narváez, puesto que aseguran que sacará el mismo porcentaje que Macri en territorio bonaerense, y que esa es una buena razón para evitar a De Narváez, que “confunde” con sus idas y vueltas entre distintos partidos.

En el PRO señalan que los acuerdos son necesarios porque Macri necesita estructura nacional, sobre todo para fiscalizar la elección. Pero aseguran que los acuerdos deben ser “por abajo”, como con Oscar Aguad en Córdoba o con Jesús Cariglino en la Primera Sección bonaerense.

Pero aseguran que irán con una fórmula presidencial cerrada para enviar el mensaje a la sociedad de que quien será el conductor del próximo ciclo político será Macri, a quien definen como el único representante del “cambio”, una imagen que se distorsionaría si aceptan un acuerdo con Massa.

La polarización

En este contexto, en el PRO aseguran que las mejores chances de Macri para llegar a la Rosada dependen de la polarización con el kirchnerismo.

En ese sentido, señalan que el jefe de gobierno porteño mide 30 puntos y que está cabeza a cabeza con Daniel Scioli, a quien no le quedará otra opción que “kirchnerizarse”, lo que le puede poner un techo a su intención de voto.

Eso es clave para el PRO, puesto que según las encuestas cualitativas que manejan, el 60 por ciento de la gente está a favor del “cambio” y el 40 por ciento pide la continuidad del kirchnerismo.

Según altas fuentes macristas la polarización será tal en octubre, que el pleito podría definirse en en primera vuelta, ya sea a favor de Macri o de Scioli. Y resaltan que Macri “nunca bajó en campaña, sino todo lo contrario”, por lo que se esperanzan con que la intención de voto del líder del PRO crezca de aquí a las generales.

En el macrismo admiten que la imagen de Cristina Kirchner creció y que ronda el 50 por ciento de aceptación, pero explican que ese fenómeno se da porque la presidenta “se está yendo” y que la gente valora que los mandatarios dejen el poder “de manera ordenada”.

En este contexto, en el macrismo señalan que la buena imagen de Cristina no se trasladará en votos para Scioli y que sus niveles de aceptación no son contradictorios con el porcentaje del 60% que quiere “el cambio”, puesto que una porción del electorado que acepta a Cristina “no quiere que vuelva”.

Indecisión por el vice

En el marco de la fórmula propia que quiere presentar Macri, quien pica en punta para ser su candidato a vicepresidente es Marcos Peña, aunque el líder del PRO tiene dudas para confirmarlo.

Como explicó LPO, el secretario general del Gobierno porteño encarna los valores que Macri busca para su acompañante: es joven, no proviene de los partidos tradicionales y representa como pocos al “PRO puro” que le sugieren para completar su fórmula.

Además, en el PRO señalan que el potencial del vicepresidente debe ser alguien de la máxima confianza de Macri, para evitar casos como el de Carlos “Chacho” Álvarez o Julio Cobos, que le generaron crisis institucionales a sus compañeros de fórmula.

Sin embargo, tal como sucede en el esquema de poder que armó en la Ciudad, Macri necesita a Peña a su lado para otras tareas que acaso se le dificultaría cumplir si debe dedicarse a la vicepresidencia, por más flexible que sea el cargo.

Además de tener el rol de armador nacional del PRO, Peña está todo el día junto a Macri y es el encargado de la comunicación del gobierno y la campaña, acaso una de las aristas más importantes para el partido amarillo.

Macri no quiere que Peña deje de ocupar ese lugar y en el PRO incluso ya especulan que ante una eventual presidencia del ingeniero, el despacho de su vice -si finalmente lo elige- volvería a estar en Casa Rosada y no en el Senado, como ocurre con Amado Boudou.

En ese sentido, sino es Marcos Peña la primera alternativa para Macri sería el economista Rogelio Frigerio. El apellido del presidente del Banco Ciudad es el símbolo del desarrollismo del que Macri dice ser heredero. Otro de los nombres que se barajan es el del ministro de Educación, Esteban Bullrich, aunque este perdió fuerza en las últimas horas.

En tanto que en los últimos días volvió a mencionarse el nombre de Gabriela Michetti, que a principios de año rechazó la oferta del propio Macri para integrar la fórmula.

En aquel entonces, los principales colaboradores veían a la senadora como la acompañante ideal para el líder del PRO. En el PRO siguen pensando que Michetti sigue siendo una buena candidata a vicepresidenta, aunque resaltan que la interna con Horacio Rodríguez Larreta la desgastó y su relación con Macri sufrió un cortocircuito.

Pese a ello, el nombre de Michetti no se descarta y la propia senadora envió señales de que le encantaría ocupar ese lugar: ayer publicó una foto junto a Macri.