Energía

Por la pelea Kicillof-De Vido, se caen las licitaciones eléctricas de Enarsa

Los cortocircuitos internos frenan las decisiones del directorio. Combustibles bajo control y giros al exterior solo para algunas empresas.

La dura disputa interna que mantienen en la conducción de la empresa estatal ENARSA los funcionarios que responden al ministro de Planificación, Julio De Vido y los enrolados con el titular de Economía, Axel Kicillof ha provocado la caída de todas las licitaciones que estaban en marcha para reforzar la oferta de generación eléctrica con pequeñas y medianas usinas térmicas.

Ante la falta de acuerdo y los reproches cruzados entre ambos bandos, el directorio de ENARSA decidió darle un corte tanto al plan de “Generación de Energía Eléctrica Distribuida” (GEED), como al programa de “Unidades de Generación de Energía Eléctrica Móvil” (UGEEM) que venían desarrollándose desde 2010.

En medio de un clima de fuerte desconfianza y pases de facturas por la virtual paralización de la empresa, el sector devidista-comandando por el presidente, Walter Fagyas – y la legión camporista—conducida por el virtual vicepresidente Juan José Carbajales— alcanzaron un consenso mínimo para contratar hasta fin de año solamente la máquinas generadoras que resulten imprescindibles para garantizar el suministro eléctrico.

En principio, la desestimación de las licitaciones que estaban en juego perjudicaría más a las provincias del NOA, NEA y Litoral que a la región metropolitana. Es porque en el interior existen más puntos críticos para cubrir en materia de generación que en la Capital Federal y el Gran Buenos Aires.

Con respecto al programa Generación Distribuida, lo que resolvieron los responsables de ENARSA fue declarar desierta la licitación del GEED VII y no sacar a la calle la convocatoria para presentar ofertas de la versión GEED VIII.

La licitación del GEED VII había arrancado en el segundo semestre de 2014 con el fin de contratar un “paquete” de hasta 738 MW destinados a 13 puntos críticos de la provincia de Buenos Aires, el interior de Córdoba y la región metropolitana.

En total, se habían recibido 12 ofertas de las empresas UENSA, APR Energy, Aggreko, Elektrogen, Industrias J.F. Secco y Sullair. Tras varias semanas de análisis, la comisión evaluadora emitió un dictamen que puso fuera de carrera a APR, UENSA y Elektrogen y dejó en pie las propuestas de Aggreko (para las usinas Matheu y Bosques), Secco (Ramallo) y Sulllair (El Totoral).

Pese a que tenía todo en orden para adjudicar las usinas, el directorio fue dilatando la definición por los cortocircuitos internos. Ahora optó por tumbar el proceso licitatorio con el argumento no escrito de que los plazos de instalación de las máquinas eran muy prolongados.

En tanto, la licitación del GEED VIII que apuntaba a incorporar otros 700 MW de “energía delivery” pasó directamente al archivo.

Con respecto al programa de las usinas móviles (UGEEM), los directores de ENARSA adoptaron dos medidas. Por un lado, no volver a contratar equipos de generación bajo esta modalidad. Y por otro lado, disponer un fuerte control sobre las cantidades de combustibles que consumen esas usinas y que son provistos por la empresa estatal.

En medio de esos cambios, hubo un dato que llamó la atención entre los analistas del sector.

En las últimas dos semanas, las empresas Secco y Aggreko recibieron la autorización del BCRA para poder girar exterior varios pagos de facturas y utilidades que tenían pendientes.

Detrás de esa habilitación estuvo la mano de Kicillof, quien a instancias de Carbajales habría aceptado aflojar las restricciones que rigen para las transferencias externas.

En el caso de Aggreko, el gesto oficial apareció atado a una movida de la empresa vinculada con los actos de la semana de Mayo.

Aggreko fue la proveedora exclusiva de todos los generadores y transformadores móviles que se usaron en los espectáculos y recitales de la Plaza de Mayo.