Justicia

Los cuatro fantásticos del fuero federal que contienen la pelea con Cristina

Servini, Canicoba, Oyarbide y Lijo se esfuerzan para mantener una tensa tregua con la Casa Rosada.

La famosa “tregua” entre la Casa Rosada y el fuerofederal que debe investigar las causas de corrupción de los funcionarios es tanreal como transitoria. En un mar de desconfianzas mutuas y golpes solapados,cuatro jueces tratan de evitar que el conflicto de la Presidenta con lajusticia, se espiralice.

María Romilda Servini de Cubría, Rodolfo CanicobaCorral, Norberto Oyarbide y Ariel Lijo, son los malabaristas que extreman sushabilidades para dilatar la dinámica de las causas sensibles al kirchnerismo yde esa manera tener al conflicto bajo control.

Escudados en la causa que cambió la agenda nacional,la muerte del fiscal federal Alberto Nisman, cerraron filas con el oficialismoy reorganizaron la tropa. Marcan el ritmo. Consultan a sus colegas, pero sonellos el nexo con el poder.

“Los cuatro lograron el equilibrio que todo juezfederal debe tener”, sentencia un abogado, con más cinismo que convicción.Según este experimentado operador judicial, los jueces para mantener sus cargosno deben investigar al poder o a la sumo acordar y anticipar cada decisión paradar margen de acción a la otra parte.

Repasemos cada caso.

Oyarbide. Ha sido el más osado y el encargado de sobreseer ala presidenta Cristina Fernández de Kichner y a su marido en relación al delitode enriquecimiento ilícito allá por el 2009 tras un polémico peritaje realizadopor el Cuerpo de Peritos Contadores de la Corte Suprema que concluyó que “laPresidenta y su esposo, no cometieron delitos a la hora de justificar elincremento de su patrimonio”.

Víctor Manzanareses el contador de Río Gallegos que rubricó la polémica declaración jurada quesostenía que la pareja aumentó un 158% su patrimonio durante 2008 -de $ 17,8millones a $ 46 millones en valores netos- y un 572% desde que arribaron a laCasa Rosada en mayo de 2003.

Para Oyarbide, el incremento estuvo “justificado” ysobreseyó a ambos, sin más detalles.

En Marzo de 2014 admitió que frenó el allanamiento ala Financiera y Mutual Propyme tras un llamado deCarlos Liuzzi, segundo del influyente secretario legal y Técnico de laPresidencia, Carlos Zanini.

Servini de Cubría. La más experimentada. Logró ubicarse en el medio de la puja, ya que seconsidera amiga del presidente de la Corte, Ricardo Lorenzetti pero no deja delado los intereses del Gobierno, con quien mantiene diálogo abierto. Tira yafloja la cuerda según el momento político.

Tiene bajo su manga, varias causassensibles al Gobierno, entre ellas la del supuesto tráfico de efedrina queinvolucra a funcionarios y ex funcionarios del Sedronar, con vínculosinquietantes con la Casa Rosada.

Enagosto del año pasado amenazó con “allanar la sede del Poder Ejecutivo enBalcarse 50” al afirmar en declaraciones periodísticas que “existen llamados entrealgunos narcos y la Casa Rosada”

Se refería a MáximoRito Zacarías, empleadodel Pami. El otro, es su hermano Miguel Zacarías, que era secretario privado de JoséGranero, ex titular de la secretaríaantidrogas José Graneros, quien renunció tras ser procesado por narcotráfico. Pero hubo otros doshermanos que pasaron por la administración pública, Rubén Zacarías, ex jefede Protocolo de la Casa de Gobierno y Luis Zacarías, que trabaja en laSecretaría Privada de Cristina Kirchner.

Servini diji en sumomento que pretendía que el gobierno “aporte las llamadas entre la Casa Rosaday doce líneas sospechadas de estar involucradas en el narcotráfico”.

“Le damos untiempo; si no contestan volvemos a reiterar; y si no contestan, vamos aallanar. Todo puede llevar un mes”, agregó.

Lajueza sabe esperar. Logró que su hijo,Juan Carlos Servini de Cubría, mantenga su cargo en el Consejo de laMagistratura como Secretario de la Comisión de Administración y Financiera.Está a cargo de licitaciones, contrataciones y manejo del presupuesto, debajodel Administrador General, Claudio Cholakián.

Lijo.Acorraló al vicepresidente Amado Boudou, logró procesarlo y elevar la causa a juiciooral por los delitos de “Cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con lafunción pública”.

Lijomantiene diálogo con el titular de la Administración Federal de IngresosPúblicos, Ricardo Echegaray, y de hecho lo protegió hasta el final, pese a laorden de la Cámara Federal de que lo investigue en el marco de la “ruta del dinero de Ciccone”.

Sunexo más directo es el ministro de Planificación, Julio de Vido, con quienmantiene línea directa a través de su hermano, Alfredo “Fredy” Lijo, hoy uno delos operadores más importantes del kirchnerismo en el fuero federal junto aJosé María Olasagasti, mano derecha del ministro y con flamante cargo en laAgencia Federal de Inteligencia.

Olasagastimantiene una dura interna por el control del lobby judicial con Juan MartínMena, el camporista número dos de la agencia.

Lijo,un amante de las carreras de caballos y la cía de canarios, es un equilibrista natoy acaso sea el verdadero cerebro político del grupo. Nunca descuidó la relacióncon la Corte Suprema. De buena sintonía con Lorenzetti, llogró que su últimaesposa, Liliana Mazuco, fuera nombrada Secretaria Letrada en la Oficina deJusticia Ambiental.

Lamadre de sus hijos más grandes, Silvia Cavallo –hermana del ex camarista Gabriel Cavallo-, esla actual fiscal federal de Quilmes quien trabaja con el juez Luis Armella, en su momento a cargo de lacausa del Riachuelo, denunciado por derivar contratos de esa tarea a sociedadescercanas.

Rodolfo Canicoba Corral. Derelación muy cercana con Daniel Scioli sueña con ser el próximo secretario deInteligencia en un gobierno del gobernador.

Estáa cargo de la investigación por el atentado a la AMIA y es el que salió aconfrontar al fiscal Alberto Nisman, cuando denunció a la Presidenta porsupuesto “encubrimiento” , en enero de este año, sin haberle dado intervencióna él como juez de la causa.

“Me enteré por losmedios que había una denuncia, yo no he avanzado porque el fiscal no me locomunicó. Me parece que sucedió algo, que es que terminó conduciendo Stiusso lainvestigación y no al revés. El que debía conducir la investigación era elfiscal y no los servicios de inteligencia”, afirmó en su momento.

Junto al fiscalJuan José Zoni, impulsa la causa de supuesto lavado de activos contra elinformático Diego Lagomarsino, la madre del fiscal Nisman, Sara Garfunkel y suhermana, Sandra, luego de que saliera a la luz la cuenta bancaria en el MerrylLynch de Estados Unidos.

Canicoba tambiéninvestiga la existencia de cajas de seguridad, varios inmuebles y una mansiónen Tandil con canchas de tenis profesional, que supuestamente no estabaninformadas en las declaraciones juradas del fiscal.

Durante los últimos días, resonaba en lospasillos de Comodoro Py, la fastuosa fiesta de quince años que le hizo a suhija. Le regaló un recital privado de la cantante “Violeta”, interpretada porMartina Stoesel, que cobraría un cachet sideral.

Sin duda es un buen padre. Logró quea su hijo Emiliano, lo nombraran juez federal el 17 de Diciembre del año pasado.