Elecciones 2015

El costo de las boletas, un factor que limitará la proliferación de candidatos en provincia

La idea de multiples boletas, con todas las combinaciones posibles, aparece como una dificultad que podría ordenar las candidaturas.

Cuando el escenario de las canidaturas aún parece incierto, la estrategia electoral de la Rosada que establece que se contemple en las boletas todas las combinaciones posibles entre los precandidatos municipales, provinciales y nacionales podría convertirse en un factor para ordenar la elección.

La idea madre establece que todos puedan competir con todos. Un intendente que quiera renovar su mandato deberá imprimir boletas con todos los precandidatos a gobernador del Frente para la Victoria y a su vez esas boletas se combinarán además con todos los precandidatos a presidente.

En principio, según publica hoy La Nación, esa estrategia electoral evitaría que se armen internas artificiales en el territorio. Pero esa ingeniería también genera discusión, en particular en los intendentes. El problema es que si termina habiendo tres precandidatos a gobernador y tres precandidatos a presidente, en los municipios donde haya primarias para intendente, sólo el Frente para la Victoria deberá presentar un mínimo de 18 boletas diferentes. Esto multiplica la cantidad de boletas que un candidato deberá imprimir, y costear.

Se supone que un candidato a intendente debe triplicar su padrón electoral de cara a una elección. Es que sólo una parte de las boletas impresas tienen una distribución oficial. El grueso de las impresiones se distribuyen 'puerta a puerta' durante la campaña y una gran parte de ellas son clave para reponer en los cuartos oscuros el día de la elección.

Un ejemplo: En un distrito como La Plata, que cuenta con unos 520.000 electores, un candidato a intendente debe contar con 1.560.000 boletas. Eso ahora deberá multipicarse por la cantidad de combinaciones que podrán lograrse entre candidatos a gobernador y a presidente.

Para la primaria de la legislativa de 2013, un partido opositor pagó 300.000 el millón de boletas. Hoy, ese costo creció considerablemente y deberá multiplicarse por todos los entrecruzamientos que pretende el oficialismo, pero también la oposición.

"Ya no hay papel, no hay tinta y no hay tiempo para encarar la impresión de boletas con un mecanismo como este", dijo a LPO un candidato a intendente.

Este tema procupa a los intendentes en los distritos, tanto como el armado de las listas. La mayor precupación es el costo. ¿Quién paga esas boletas? Por estas horas, en la Rosada alientan a que ese costo lo absorvan los candidatos a gobernador, pero hay muchas dudas que Julián Domínguez, Diego Bossio, Juan Patricio Mussi o Sergio Berni se hagan cargo de esos números.

Otra preocupación tiene que ver con las imprentas. La boletas a color achicaron el número de empresas que pueden encarar ese trabajo a sólo un puñado en el Conurbano. La nueva ley electoral modificó el formato y se trasformó en un dolor de cabeza para los responsables del tema en cada bando partidario. Incluso se dan casos en los que varios partidos imprimen en una misma empresa.

Muchas imprentas ya tienen reservadas sus máquinas por candidatos del oficialismo, que en general son quienes cuentan con recursos para adelantar cheques a cuenta.

Hay otro dato: El pago a las imprentas deben ser al contado y no hay financiación posible. “Si no llegás con la valija no prenden la máquina”, aseguraban a LPO fuentes electorales ya en 2011, cuando el tema comenza a preocupar a los partidos.

Con todo, la estrategia de que todos puedan ir con todos parecería devenir en un fuerte debate por la logística de un trabajo que parece imposible de realizar. Incluso hay quienes aseguran que esa situación podría generar una reducción de candidados. Es decir, lo que no puede lograr la política por consenso, lo lograría las dificultades logísticas de una elección.

Es que la idea de que la multiplicidad de boletas y combinaciones eviten que se armen internas en el territorio puede convertirse en un instrumento de control por parte de la Rosada. La boleta se transformaría en un filtro y aquel candidato resistido por el gobierno no tendrá ayuda para costear su imprenta, como tampoco influencia para acceder a ella.

Pero dentro del oficialismo también hay quienes aseguran que Cristina Kirchner puede dejar que la inviabilidad del tema siga su curso para reservarse, al promediar la campaña, el rol de ordenadora de una elección a amenaza a caotizarse.

En la última reunión del PJ bonaerense existió una demanda por parte de los intendentes hacia la Presidenta para que exista una sola lista de gobernador en las primarias del 9 de agosto. Los jefes comunales no quieren que la disputa se traslade a sus distritos.

Saben que dos o más precandidatos a gobernador en la primaria del Frente para la Victoria abriría la puerta a que aparezcan candidatos a intendente en sus propios territorios, con lo que su poder en la campaña se vería recortado. Pero además aparece el costo y el caos logístico de la impresión de boletas como nuevo factor.