Bonar 24

Exclusivo: cómo fue la operación de Marathon y los bancos con la emisión de deuda de Kicillof

Los sospechosos movimientos en la cotización del Bonar 24 incriminan al ministro y a sus bancos amigos.

La colocación de U$S1.415 millones de deuda que Axel Kicillof celebró como un triunfo patriótico le permitió hace jugosos negocios a los bancos que participaron de la operación desde las sombras.

Como adelantó LPO, las dos entidades que estuvieron detrás de la colocación según fuentes del mercado, fueron el Deutsche Bank y el Marathon Asset Management, pese a que el titular del Palacio de Hacienda negó que haya habido intermediarios y hasta los gastó porque, según dijo, “se quedaron bastante calentitos” por ese motivo.

Lo cierto es que el mecanismo por el cual los bancos se embolsaron como mínimo unos U$S24 millones es sumamente sofisticado y muy difícil de probar jurídicamente.

La maniobra ya empezó a manifestarse con el misterioso movimiento que mostró la cotización del Bonar 24 desde principios de abril. Sospechosamente, los cinco primeros días del mes el papel se movía por debajo de los U$S106 en el mercado secundario. Pero a partir del 6 de abril, repentinamente el valor se empezó a disparar, sin que hubiera motivo alguno para semejante alza.

Quien estaba detrás de la maniobra, según las fuentes consultadas, habría sido Marathon, que supuestamente ya tenía la información de que el gobierno volvería a salir a los mercados. Esto fue rotundamente negado por fuentes vinculadas a este fondo que afirman que no participaron de la operación.

Como sea, en el momento en que la cotización empezó a subir, el mercado no hizo más que acoplarse y la demanda fue tal que el bono se estabilizó en unos U$S109. En ese momento (ver gráfico), el precio empieza a desplomarse. El descenso, era la obvia consecuencia de los compradores que habían comenzado a desprenderse de los Bonar para hacerse de la toma de ganancia. De esta manera, el fondo se ganó unos U$S3 por cada bono que compró a U$S106.

"Desde afuera sostuvieron el precio del bono, estaba más caro de lo que marcaba el rendimiento", denunció el diputado Claudio Lozano. "La situación es irregular desde donde se lo mire. Evidentemente estuvo dibujado, si emitían sólo los U$S500 millones originales hubieran pagado una tasa más cercana a 8%, pero como al final lo ampliaron hasta U$S1400 millones pagaron un punto más", puntualizó el economista de la CTA.

En el momento en que se anunció la licitación, el título valía unos U$S105,44 en el mercado secundario. Y aquí es donde aparece el segundo negocio para los bancos.

El precio licitado que acordó Kicillof con las entidades era de U$S103, es decir, una diferencia de U$S2,44 menor. "Lo bajaron dos dólares para colocar todo junto", advirtió Lozano.

Si se multiplica ese número por los U$S1400 millones que se emitieron, da un total de U$S 28 millones que se embolsaron los bancos por comprar el bono más barato que el precio de mercado.

Fuentes del mercado explicaron a LPO, que fue la condición que Kicillof tuvo que ceder ante la negativa de los bancos de apoyar la emisión de deuda, después del fracaso del ministro de fines de febrero, cuando el JP Morgan y el Deutsche lo iban a ayudar a colocar U$S2000 millones.

No era la primera vez que el titular del Palacio de Hacienda fracasaba en su intento por conseguir dólares frescos. Ya en diciembre había lanzado un “canje” y una ampliación del Bonar 24 por 3000 millones, de la que obtuvo sólo el 10% de lo que buscaba.

En ese entonces, los analistas criticaron a Kicillof por haber fijado de antemano un precio para el bono. En esta ocasión el ministro volvió a hacer lo mismo, al garantizarles que el precio de mercado sería de U$S103. Con el diario de mañana en la mano, fue muy fácil para los bancos hacer girar la rueda para ganar plata.

“El Deutsche Bank ofrecía a los fondos en el exterior y a inversores locales pagar u$s 104 por el bono, ya que la licitación cerró con el título a u$s 103, para realizar la operación a su nombre o revenderlo en el mercado secundario. Ese dólar adicional permitió al banco embolsar hasta u$s 10 millones”, publicó ayer el Cronista.

Esta mecánica produjo una comisión implícita del 1%.

La contracara de este precio rebajado fue la tasa superior que debió pagar el gobierno, de 8,956%. De lo contrario, el interés hubiera estado en 8,88%, como explicó el diario color salmón.

Al día siguiente, el papel valía U$S103,72, luego pasó los U$S104 por algunos días, para cerrar el mes por debajo de esa línea.

Estas dudosa maniobra fue lo que motivó a Cristina a defender la operación durante la última Cadena Nacional, en donde aseguró que se pagaron "tasas razonables", sin que nadie le preguntara nada.

Trangulaciones

Según las fuentes de LPO el fondo Marathon habría sido determinante en la colocación de U$S 840 millones del total emitido, y se calcula que otros U$S300 millones fueron adquiridos por la Anses. Siempre según las fuentes consultadas, el área de mercados emergentes de este fondo, que lidera el argentino Gabriel Szpigiel, fue quien acordó con el Deutsche Bank de Frankfurt para que le comprara los Bonar 24 que recién había adquirido. 

A su vez, el Deutsche fue el encargado de encargar la compra de esos papeles a inversores locales como el Banco Francés, otro de los mencionados en la operación, para que en las pantallas argentinas queden registrado como compradores los locales.

Lozano desestimó esta versión, porque los bancos locales están "sobreexpuestos" con deuda pública y, además, tienen límites en su cartera de activos en dólares. Asimismo, consideró que "no tenía sentido" que las reservas se hayan incrementado por el total emitido si el organismo previsional había comprado una parte: si hubiera sido así, entonces el stock de divisas no hubiera aumentado, porque ya estarían contabilizados.

Lo cierto es que por el momento Kicillof está a salvo porque la ampliación del Bonar 24 realizada la semana pasada, se hizo con jurisdicción argentina, por lo que la Security Exchange Comission (SEC) no tiene la capacidad de intervenir para preguntarle a cada banco qué compras hizo cada día y a qué precio.  

Por el contrario, si se hubiera emitido con ley en Nueva York, la SEC podría pedirle al Marathon el listado de órdenes de compra, en donde saltaría eventualmente la operación celebrada con el Deutchse.

La única vía por la que la maniobra podría ser descubierta es si un juez argentino le hace el pedido, por ejemplo al Banco Francés para que muestre quiénes le pidió que comprara el título. El problema es que, al ser el Deutsche Bank una entidad alemana, eso quedaría bajo la órbita de su ley, por lo que debería intervenir un juez de ese país, por medio de un exhorto.

Fuentes del mercado comentaron a este medio que de haberse concretado con jurisdicción de Nueva York, la operación hubiera motivado una investigación criminal de la SEC por manipulación de valores financieros, en un claro caso de “inside information”.

En ese sentido, los fondos buitre consiguieron el aval del juez estadounidense Thomas Griesa para indagar sobre esta emisión, que el magistrado luego evaluará si se trata de una violación del fallo.

  

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