Primarias

Macri aplastó a Michetti y el PRO quedó al filo de ganar en primera vuelta

El PRO quedó a tres puntos de los 50 que necesita para evitar el ballotage. Larreta ganó por 10 puntos.

Mauricio Macri aplastó a Gabriela Michetti en la interna del PRO, en donde logró imponer a su propio candidato, Horacio Rodríguez Larreta, que derrotó a su eterna rival con un imponente 60 a 40.

El jefe de gobierno se subió al escenario del búnker que su partido montó como suele hacer en Costa Salguero alrededor de las 22, cuando la tendencia de la elección estaba definida pese a la demora insólita de los resultados oficiales.

Cuando subió al escenario repleto de funcionarios de ambas facciones, Macri felicitó tanto a Larreta como a Michetti, aunque al final se encargó de demostrar una vez más su favoritismo por el jefe de gabinete en desmedro de la senadora.

“Felicito a Horacio por esta elección pero más agradecerte por estos siete años que trabajamos codo a codo todos los días. Le puedo decir a la gente que sos un apasionado por la Ciudad y con el apoyo de todos vamos a continuar con las transformaciones", dijo Macri. Su omisión a Michetti dejó en claro que la tomó como la rival a vencer en estas elecciones porteñas.

"Los argentinos nos necesitamos, yo los necesito, porque para hacer a la Argentina que soñamos hace tanto, la del siglo XXI, del progreso para todos, confío en cada uno de ustedes", señaló Macri antes de ponerse a bailar una estudiada coreografía.

Michetti no se quedó para el baile como en elecciones anteriores y se retiró rápidamente, mientras el resto de los dirigentes seguía festejando. La senadora, que esperó los resultados prácticamente en soledad en su domicilio mientras su equipo se concentraba en el subsuelo del Hotel Panamericano, terminó haciendo una elección por debajo de los 20 puntos -poco más que Martín Lousteau- contra los 29 de Larreta.

La suma entre ambos candidatos del PRO dejó al partido de Macri a sólo 3 de los 50 puntos que le otorgarían una victoria en primera vuelta al oficialismo porteño y lo dejarían muy cerca de obtener el quórum propio en la Legislatura.

Estudiada mesura

El PRO puso a prueba como nunca antes su capacidad para armar festejos esta noche en Costa Salguero, en un marco idéntico al que armó el partido de Macri en la última década.

A pesar de los globos, las pantallas gigantes, la inevitable música de Tan Biónica y las cazuelas para los periodistas, el búnker nunca estuvo lleno como en comicios anteriores.

Es que en la previa se había acordado que el ingreso tendría mayores restricciones respecto de celebraciones pasadas. En ese sentido, cada candidato podía llevar un centenar y medio de militantes, aunque la mayoría de los presentes acudió por obra de Larreta.

El único objetivo de las restricciones era evitar una escaramuza que podía preverse de acuerdo a la tensión que había adoptado la interna en el último mes y ante la posibilidad de un resultado ajustado.

Sin embargo, todo se calmó con los boca de urna que desde el mediodía daban un resultado abultado que los michettistas debieron admitir pasadas las 19, mucho antes de que comenzaran a difundirse los datos oficiales.

La resignación que reinaba en el subsuelo del Panamericano se trasladó pacíficamente a Costa Salguero y los ministros michettistas, que tendrán un semestre complicado en el gabinete, tal como consignó LPO, bailaron arriba del escenario como si hubieran ganado.

El carácter de interna de las elecciones hizo que las figuras del PRO aparecieran en el búnker entrada la noche, a diferencia de comicios de años anteriores en los que desde temprano se colaban en el palco de la prensa para obtener líneas en los periódicos o al menos una empanada.