Congreso

Giustozzi cerró su despacho y se olvidó de firmar los contratos de los empleados

Enojado por tener que enfrentar a De Narváez, el jefe del bloque massista devolvió la oficina y desapareció.

Darío Giustozzi no tuvo un ingreso tranquilo al recinto en la sesión del 8 de abril en Diputados: lo esperaban no muy contentos empleados del bloque Frente Renovador para que firmara los contratos y pudieran seguir trabajando.

Tal vez sin tomar conciencia del daño que haría, Giustozzi había desparecido de la Cámara durante todo el año, enfurecido por tener como rival a Francisco de Narváez en la interna del Frente Renovador.

Su reacción fue violenta: cerró el despacho que alquilaba frente al palacio, donde además de su tarea parlamentaria sus colaboradores realizaban las tareas administrativas del bloque.

En el bloque aseguran que no renovó el contrato de la oficina y ya la devolvió. Y que su único espacio físico es un ignoto despacho en el edificio anexo que rara vez está abierto.

Lo cierto es que Giustozzi no limitó su bronca a destratos políticos sino también a una total desidia administrativa.

En la sesión del 25 de febrero estuvo ausente con aviso y los empleados del bloque lo esperaron en vano.

Los más nerviosos eran quienes renuevan su contrato año a año y no podían liquidar sus sueldos. Debieron esperar a abril para gestionar una solución que en algunos casos aún está pendiente.

Giustozzi no quiere competir con De Narváez y desde su arribo al Frente Renovador amenaza con pegar un portazo del massismo. Amaga con retomar al kichnerismo o buscar una reelección como intendente.

En Almirante Brown no la tiene fácil. Mariano Cascallares es candidato con respaldo de Scioli y en 2013 llegó a 32 puntos, a 15 de la lista apadrinada por el entonces intendente. Florencio Randazzo sumó al diputado Mariano San Pedro, ex mano derecha de Giustozzi, quien supo trabajar cerca del ministro de Interior y Transporte. 

El temor de Giustozzi es que el crecimiento del PRO derive en una elección de tercios que complique a su sucesor, Daniel Bolletieri. Mauricio Macri oscila los 15 puntos y puede trasladarlos a su candidato local Carlos Regazzoni, trámite nada difícil porque Buenos Aires tiene primarias y generales simultáneas a la Nación. 

Cree que podrá evitarlo sólo si es el único candidato a gobernador del Frente Renovador. Y como Massa ya le dijo que no ocurrirá se enojó. Cerró su despacho y dejó a decenas de empleados sin saber si tendrían trabajo.