Elecciones 2015

Peligra la interna del peronismo federal por el fastidio de Rodríguez Saá con Massa

El puntano no tolera el ninguneo del tigrense y está dispuesto a arreglar sólo con De la Sota.

La interna entre Sergio Massa, Adolfo Rodríguez Saá y José Manuel de la Sota quedó en suspenso por el hartazgo del puntano al ninguneo del tigrense.

Su malestar quedó claro en el reciente lanzamiento de su candidatura presidencial, cuando habló de una primaria con José Manuel de la Sota y lo excluyó a Massa.

El tigrense había participado de un encuentro con más de 100 dirigentes en el gremio de petroleros de Neuquén y allí había reiterado su predisposición a participar de una primaria con De la Sota y Rodríguez Saá -si fuera el caso-, aunque con ciertas condiciones, como respetar la marca Frente Renovador.

La definición del acuerdo, que Massa jamás rechazó públicamente, quedó en manos de una comisión con dos representantes por cada sector.

Massa eligió a Graciela Camaño y a Mario Das Neves pero coló a otra figura en escena: César “Chiche” Aráoz, un dirigente con historia en el menemismo y el duhaldismo. Es, además, un enemigo de siempre de De la Sota.

Otro que irrita en Córdoba y San Luis es Juan José Álvarez, Juanjo, un histórico operador del PJ bonaerense, a quien suelen adjudicarse romper los acuerdos que no lo tuvieron como partícipe.

En la reunión en el sindicato de petroleros, Massa tuvo frases que irritaron a Adolfo, como cuando les pidió a los dirigentes que “si querían obtener cargos no era necesario todo esto”.

Sin embargo, él nunca le cerró la puerta a la interna del peronismo díscolo, sobre todo porque le suman fuerte en Córdoba y Cuyo, zona de influencia de Rodríguez Saá y De la Sota.

El problema

“Su problema es que quiere que le vayan al pie. Que le pidan todo. No entiende que si sigue así, en Agosto el Adolfo y el Gallego van a terminar sumándole a otro candidato”, advierten cerca de este dueto, que se reencontró el año pasado tras una década distanciados.

Una de sus primeras actividades juntos fue justamente acercarse a Massa, en una reunión que no comenzó bien: el diputado llegó 2 horas tarde, habitual cuando quiere marcar la cancha.

“Adolfo, esto es una falta de respeto”, lo alertó De la Sota ese día. Aunque entendieron que juntos sumaban, el diálogo se fue enfriando con los meses. En ese tiempo, jamás un diputado del Frente Renovador llamó a un cordobés o a un puntano para compartir un proyecto.

Massa recibió varias veces al interbloque de senadores del Peronismo Federal, liderado por Adolfo, pero no volvió a reencontrarse con el cordobés. 

“Si su problema es que los acuerdos de cúpulas lo alejan de la gente debería plantearlo y buscar una estrategia. No escupirnos. Porque a esta altura él nos necesita a nosotros y no se da cuenta”, lo atacan.

Massa, es evidente, entiende que una foto de un gran acuerdo con Rodríguez Saá y De la Sota lo deja entrampado en el pasado. De hecho, como señaló LPO, se trata del mismo armado "nacional" que llevó a Duhalde a la derrota.

El reencuentro iba a ser la semana pasada y el que falló no fue el tigrense sino De la Sota, quien no se movió de Córdoba, abocado a ponerle el pecho al desastre de las inundaciones, un esfuerzo que parece estar rindiéndole en términos electorales por estas horas.

Pero De la Sota recibió al senador Roberto Basualdo, sanjuanino y de buenas migas con Massa, para recordarle que él nunca había roto nada.

Provocador y fino donde pega, Massa lanzó esta semana una campaña contra el pliego de Roberto Carlés como juez de la Corte Suprema de Justicia, donde no puede llegar sin los votos de los senadores del Peronismo Federal.

Si bien hasta ahora se comprometieron a rechazarlo, les llegó la presión del Gobierno y de la Iglesia, que apoya a Carlés por su cercanía con el Papa Francisco.

Rodríguez Saá no dio señales de cambiar de opinión, pero fiel a su estilo dejó que se abrieran puentes. Francisco se hizo sentir. A través del embajador en el Vaticano, Eduardo Valdés, le hizo saber que no ve mal que Carlés llegue a la Corte Suprema. 

Aceptó reunirse con Axel Kicillof para recordarle la deuda que la Nación tiene con la provincia. Puede ser un elemento de negociación. Y De la Sota le está reclamando al Gobierno un pago de 500 millones vinculado a las inundaciones. Las negociaciones están abiertas.