Trenes

Echegaray frena el primer cargamento de rieles chinos y enfurece a Kicillof

La Aduana paró el transbordo a barcazas bolivianas, causando un sobrecosto portuario de US$ 15.000 diarios.

Para los entendidos en materia portuaria,es una muestra más de la deficiente gestión estatal. En cambio, para los quesiguen con lupa los entresijos de la administración kirchnerista se trata de otrocapítulo de las diferencias internas que existen entre el titular de la AFIP, Ricardo Echegaray y los ministros deEconomía, Axel Kicillof y de Interior y Transporte, Florencio Randazzo.

La llegada de la primera tanda derieles provenientes de China se ha topado con llamativos contratiempos queimplican para el Estado un gasto extra de US$ 15.000 por cada día de demora queacumula la partida del barco que trasladó la carga ferroviaria al puerto deBuenos Aires.

El transbordo de los rieleschinos a las barcazas que tienen que llevarlos hasta el puerto chaqueño deBarranqueras se encuentra frenado desde mediados de marzo por una decisión dela Aduana que ahora pilotea Guillermo Michel, un incondicional de Echegaray.

Para parar la descarga y elmovimiento de cabotaje, los funcionarios aduaneros esgrimieron que no se habíaajustado a las normas vigentes el “waiwer” oficial que otorgó el área deTransporte para autorizar el traslado de los rieles con barcazas de banderaboliviana.

Hasta que no se resuelve esacuestión con otra dispensa oficial encuadrada en los términos que reclama laAduana, el barco carguero chino “Lentikia” no podrá bajar la totalidad de lacarga de 30.000 toneladas de rieles que tiene en sus bodegas.

Cimbronazo

Con esta medida, el organismoaduanero provocó un doble cimbronazo. Por un lado, le genera un nuevo problemaa Kicillof que la semana pasada se hizo cargo del área marítima, portuaria y devías navegables que antes dependía de Randazzo. Y a éste, por otro lado, leatrasa las obras de renovación de vías que tiene previsto iniciar en el NEA yNOA con los insumos y equipos ferroviarios asiáticos.

Las complicaciones con el primerenvío de los rieles adquiridos a China con el crédito de US$ 2.400 millonesotorgado para la modernización del ferrocarril Belgrano Cargas comenzaron aprincipios de marzo con el arribo del Lentikia a la dársena E del puerto deBuenos Aires.

El buque de 180 metros de esloraingresó a la terminal portuaria el 9 de marzo y la primera traba que tuvo fuepor el lado de la Prefectura Naval que demoró casi 10 días el inicio de ladescarga.

Inicialmente el organismo que seiba a encargar de todos los trámites vinculados con la entrada al país y eltraslado de los rieles en barcazas a la provincia de Chaco era laAdministración General de Puertos (AGP) comandada por Sergio Borrelli.

Pero sobre la hora de la llegadadel Lentikia, desde las oficinas del ministerio de Transporte decidieron que esas tareas las efectúe laAdministración de Infraestructuras Ferroviarias (ADIF) que controla ArielFranetovich, el ex ministro de Agricultura de Scioli y actual hombre deconfianza de Randazzo.

Franetovich contrató a la agenciamarítima Maruba --vinculada al polémico titular del SOMU, Omar “Cavallo”Suárez--, la cual a su vez subcontrató a la naviera local Horamar para hacer eltraslado en barcazas hasta Barranqueras.

Al no contar con equipos conpabellón argentino, Horamar solicitó al director nacional de Transporte Fluvialy Marítimo, Sergio Dorrego, un permiso especial (waiwer) para poder utilizarocho barcazas con bandera de Bolivia.

Como Dorrego demoraba la firma deesa autorización que reclamaban desde la ADIF, el secretario de Transporte,Alejandro Ramos decidió tomar el expediente y ponerle su firma al “waiwer”.

Cuando todos creían que se habíansuperado los inconvenientes, entró en escena la Aduana. Con un reglamentarismoextremo, el organismo aduanero frenó la operación con el argumento de que elpermiso para las barcazas bolivianas estuvo mal aprobado porque sólo lo puedeconceder la dirección fluvial y marítima que hasta ahora sigue en manos deDorrego.

La descarga de rieles que habíaarrancado el 20 de marzo se interrumpió una semana después y desde entonces elbuque Lentikia permanece anclado en Buenos Aires. Tiene acumulado dos semanasde demora y cada día que transcurre representa para la ADIF un sobrecosto deestadía portuaria de US$ 15.000.

A esa tardanza se sumó otroinfortunio que afecta a los rieles chinos. Fueron mal estibados en el puerto departida y por los desplazamientos registrados durante el viaje, variostramos llegaron golpeados y averiados.