Provincia

Granados en el centro de las intrigas del sciolismo y la Casa Rosada

Pieza clave en la relación con los intendentes, su acercamiento a Insaurralde disparó versiones contradictorias.

Desde que asumió en la cartera de Seguridad, Alejandro Granados, dejó en claro que respondería a las demandas de los intendentes, estén en el partido que estén. Daniel Scioli le dio vía libre y por estos días comienza a cristalizarse el fruto político de ese trabajo.

El hombre fuerte de Ezeiza se convirtió en una pieza clave para la estrategia electoral del Gobernador. El ministro dedica parte de su tiempo a distendidas conversaciones con intendentes en El Mangrullo, su ya clásico asador criollo ubicado sobre la Richieri.

Por allí pasan intendentes del Frente para la Victoria, pero también del armado de Sergio Massa. El eje de las conversaciones -entre tiras de asado y Malbec- es la necesidad de recuperar autonomía política y financiera frente al avance de la Casa Rosada que los propios intendentes vivieron estos años. Fue a partir de esas reuniones que logró acercar nuevamente a Martín Insaurralde al Gobernador.

Incluso, en conversaciones con pesos pesado del armado massista como el intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, se habla de construir un poder territorial que les permita ubicar como gobernador a uno de ellos -Insaurralde es el más mencionado- y armar un gabinete bonaerense delineado por los intendentes. 

La ambiciosa movida llega al extremo de plantear el armado de manera independiente incluso de las preferencias y necesidades de los candidatos presidenciales, algo que se vislumbró en la creación del flamante Frente Amplio Peronista que reúne a los peso pesado de la Tercera Sección electoral, que en los últimos días recibieron tanto a Daniel Scioli como a Florencio Randazzo.

Pero el trabajo político de Granados abre dos lecturas. Por un lado hay quienes aseguran que un sector del kirchnerismo le pidió a Scioli la renuncia del ministro. En el mismo mensaje, le habrían solicitado al ex motonauta que se aleje del intendente de Lomas de Zamora.

Desde el sciolismo niegan esa versión y aseguran que Granados es inamovible del gabinete. En particular por su anclaje con los intendentes.

Por otro lado, versiones opuestas dan cuenta que en la Rosada ven con buenos ojos la tarea del ministro de Seguridad, en particular su trabajo para acercar a Insaurralde. “Que venga a las primarias. Sin agosto no hay un buen octubre”, dicen y agregan que necesitan meter muchos diputados en las primarias.

Granados llegó al ministerio de Seguridad con la premisa de darle poder a los intendentes. Entre sus primeras medidas estuvo la de reunirse con ellos y escuchar sus planteos en los municipios. A diferencia de lo que ocurría con Ricardo Casal, los jefes comunales vieron al flamante ministro como un par. Bancaron los plazos, guardaron críticas, y estrecharon alianzas.

Incluso dentro del gobierno de Scioli aseguran que es, en los hechos, el verdadero ministro de Gobierno. Es que los intendentes lo consideran un hombre de la gestión con el ADN de quienes tienen territorio conquistado y aseguran que lo piensan entregar en las elecciones de octubre.

Viejo aliado de Néstor Kirchner, el ministro se preocupa de no gastar su relación con Cristina. Por eso, pocos minutos después de asumir en La Plata en reemplazo de Casal, Granados viajó a Olivos para reunirse con la Presidenta. Allí le presentó su plan de seguridad y desde entonces, a pesar de promover la mano dura, el shérif no recibió cuestionamiento alguno desde el progresismo kirchenrista.

Sin embargo, la prueba de fuego para el ministro será en pocos días cuando la Procuración publique las estadísticas delictivas. Eso permitirá evaluar el resultado de su gestión.

Durante su discurso en la Asamblea Legislativa, Scioli habló sobre la Emergencia en Seguridad y aseguró que “los datos de las fiscalías de la Provincia sostiene que los homicidios en ocasión de robo bajaron un 35%”. Sin embargo, pese a sus dichos, aún no hay datos oficiales que permitan corroborar esa afirmación.