Elecciones 2015

Capital, un resbalón serio en el proyecto presidencial de Scioli

El gobernador perdió una oportunidad dorada de ganarle a La Cámpora y marcar liderazgo en el peronismo.

 La política es consenso, construcción de alianzas,seducción, pero también tiene momentos ineludibles de conflicto. Instantes queredefinen las relaciones de fuerza y como es obvio, son traumáticos. Nadiequiere perder lo que tiene.

Son instantes donde no hay red y se arriesga todo lo queacaso llevo años, décadas de construcción. Por eso, la audacia es un componenteesencial de los líderes, necesario para zambullirse en lo inexplorado riesgoso.Carlos Menem, Néstor Kirchner tenían esa cualidad hiperdesarrollada. Laincógnita es si Daniel Scioli algún día se atreverá a dar la batalla decisiva.

Porque su plan de ser el candidato de Cristina Kirchner afuerza de imponerse con su muy particular estilo pasivo agresivo, la semana que pasó sumó enormesinterrogantes.

La Presidenta venía dando señales fuertes de preferencia porFlorencio Randazzo. Y como ella no le teme al conflicto,avanzó con dos decisiones clarísimas: Primero, echó de mala manera a un íconodel peronismo como “El Chueco” Mazzón, básicamente porque lo vio trabajando porla continuidad de esa fuerza en el poder, detrás de la candidatura de Scioli ylos liderazgos territoriales. Esto desembocaría en el fin del kirchnerismo ysobre todo de La Cámpora. Es así, aunque lo disimulen.

Y sobre el cierre de listas de Capital, Cristina entendió enel aire el desafío que le planteaba Scioli con la postulación del correctopresidente del Bapro, Gustavo Marangoni. Lo que estaba en juego era mucho másque una candidatura a jefe de Gobierno destinada probablemente a caer ante macrismo.

Lo que se abría, era la primera instancia real decompetencia entre el peronismo clásico que se está alineando con Scioli y elproyecto personal de Cristina, La Cámpora. Casi de manera icónica, Sciolicontraponía a un politólogo de buenos modales como Marangoni al arrogantecamporista Recalde.

La posibilidad de un corrimiento masivo del votanteperonista de la Ciudad a Marangoni estaba latente, más si el propio Scioli -quemide muy bien en Capital- se sumergía en la campaña. Si Scioli derrotaba conMarangoni a La Cámpora, en el único distrito en el que esa organización tienealguna base territorial seria, el mensaje al peronismo de todo el país hubierasido contundente: Surgió un nuevo líder. Y el tan anunciado final de ciclo hubieratenido su primer fecha fundacional. Ni más ni menos que esa oportunidad seperdió el gobernador.

Lo peor es que la defección de Scioli fue total. No negociócandidaturas para los que lo acompañaron en la aventura porteña, entregó suslistas, incluidos los 230 comuneros, acambio de nada. ¿Qué mensaje envía eso a los que hoy apuestan por su proyectopresidencial imaginando ser parte de las listas que competirán en Octubre? Opeor aún: ¿Qué garantía hay de su emancipación del kirchnerismo si finalmenteconquista la Presidencia? O incluso: ¿Qué hará Scioli si Cristina llega alrecurso extremo de negarle la boleta para las primarias presidenciales?¿Resistirá, buscará presentarse con el sello del PJ como desesperadamenteintenta asegurarle Duhalde? ¿O se irá a su casa como hizo en el cierre delistas del 2013 cuando abortó una negociación cerrada con Sergio Massa?

Y ese fue el otro gran error de Scioli. El cierre porteñoimpuso un flashback fulminante a las legislativas del 2013. Massa a pesar delas limitaciones graves de sus armadores porteños, finalmente presentó lista.Mal o bien tiene candidatos y los que trabajaron por su proyecto podrán sacarseel gusto de competir. En la hora crítica, exhibió como en el 2013 voluntad depelea y capacidad de definición.

Massa probablemente entendió que la pelea porteña –el escenarioelectoral más importante antes de las primarias de agosto-, no era un lugar enel que podía estar ausente. Su candidato Guillermo Nielsen no es conocido parael gran público, pero frente a opciones más farandulezcas que le acercaron susarmadores, tiene al menos la ventaja de ofrecerle un perfil solvente. Fue unavance importante después de varios papelones.

El líder del Frente Renovador ya avisó que se colgará lacampaña al hombro y piensa recorrer los barrios porteños junto a RobertoLavagna. Incluso, trabajó para limar viejas diferencias entre el ex ministro deEconomía y quien fue su colaborador clave en la renegociación de la deudaexterna.

La aspiración mas inmediata es ofrecerle una propuesta a esevoto peronista que dejó huérfano Scioli. Imposible imaginar un mensaje másclaro para Octubre.

Falta mucho y cada mes hasta agosto es una vida. Pero acasopor eso, la realidad avanza como puertas exclusas.