Córdoba

¿A qué juega Luis Juez?

El senador mantiene su acuerdo con Macri pero corcovea por los acercamientos a Mestre. ¿Senador o Gobernador?

Luis Juez le jura a sus seguidores, en los plenarios casi semanales que realiza el Frente Cívico, que de ninguna manera se ha bajado de la candidatura a gobernador de Córdoba.

Acusó, la última vez, a algunos medios de comunicación locales de operarlo para que no compita por la postulación mayor de la provincia si se conforma la Triple Alianza con la UCR y el PRO, luego de que manifestara su disposición a jugar donde sea necesario para derrotar al delasotismo.

El jefe del Frente Cívico cordobés, sin embargo, ha adoptado un verticalismo macrista que le impide aspirar a la candidatura a gobernador, ya que el porteño quiere a un radical en ese lugar (aunque la alianza UCR-PRO, debe decirse, aún no se ha conformado).

Ese verticalismo tiene algunos zigzagueos, como cuando reconoció haber tenido contactos con el massismo, aunque luego ratificó su alineamiento con Macri (¿acaso una presión al líder del PRO, para apurarlo a cerrar con él y sin el radical Ramón Mestre, su enemigo número uno?).

De todos modos, Juez no estaría haciendo nada muy distinto a la estrategia habitual en los tiempos preelectorales: pedir mucho para obtener algo menos.

El actual senador nacional podría repetir en su banca en las elecciones de octubre, y no se trataría realmente de un gran sacrificio por la causa antidelasotista.

Los candidatos a legisladores nacionales de la supuesta alianza UCR-PRO-Frente Cívico serían arrastrados en la elección por el tramo presidencial, y como Mauricio Macri es el político con mayor intención de voto en la provincia de Córdoba, incluso por encima de José Manuel de la Sota, todos ellos podrían luego ufanarse de haber sido elegidos por un porcentaje que les garantizaría la supervivencia electoral.

Revancha

Mientras busca cotizarse, Juez dice querer la revancha con Juan Schiaretti, quien será el candidato del oficialismo en Córdoba, porque insiste en que en las elecciones del 2 de septiembre de 2007 fue derrotado con fraude.

Si bien nunca dio pruebas de semejante acusación y sus denuncias fueron desestimadas, logró instalar en la conciencia colectiva de la provincia que ese día las elecciones no fueron limpias.

En 2007, Juez quedó a poco más de 17 mil votos de Schiaretti en una de las elecciones más reñidas que recuerde la provincia de Córdoba. En 2011 volvió a intentarlo, frente a José Manuel de la Sota, y la distancia ya fue de 230 mil votos.

Juez había llegado al escenario mayor de la política cordobesa el 5 de octubre de 2003, al ganar la intendencia de Córdoba Capital con el 56 por ciento de los votos.

Disidente del peronismo, fue la máxima expresión del “que se vayan todos” y de la “nueva política” en la provincia. Su partido, inicialmente, se llamó Partido Nuevo contra la Corrupción, por la Honestidad y la Transparencia. Luego, Frente Cívico Cordobés.

Dueño de tamaña mayoría en la ciudad que encierra el 42 por ciento del padrón provincial intentó saltar al escalón de gobernador, pero su mala gestión en la Intendencia y la falta de pericia para armar una estructura política en el interior, sumadas a la intransigencia radical a aliarse con él, se lo impidieron.

Traiciones

De todas estas dificultades es una muestra lo que sucedió la semana pasada en el Concejo Deliberante de Córdoba. Juez tuvo en su gestión 2003-2007 2/3 de los concejales, pero la cosecha 2011 fue muy flaca: sólo dos (su hermano mellizo Daniel y Esteban Dómina).

Disidente del peronismo, Dómina se acercó a De la Sota el año pasado y expresó su voluntad de participar en las internas del PJ por la candidatura a intendente.

Para Juez fue una traición, pero hizo de cualquier manera el esfuerzo por contenerlo en el bloque para que éste no se reduzca sólo al mellizo Daniel. Para eso, debió ceder al pedido de Dómina para que la bancada pase a llamarse Compromiso Ciudadano; de modo que para que Dómina no lo abandone del todo, debió prescindir del sello del Frente Cívico.

En la ciudad de Córdoba Juez había crecido, después de la crisis política del 2001, denunciando corrupción en el delasotismo.

Su blanco preferido era la entonces esposa y secretaria general de José Manuel de la Sota, Olga Riutort. Tanto han cambiado los tiempos que hoy Riutort es la favorita para ganar la Intendencia, con una imagen negativa menor que la del propio Juez. Y hoy, increíblemente para los cordobeses que recuerdan los tiempos iniciales del juecismo, Juez tampoco deja de conversar con Riutort, abriendo el abanico de sus posibilidades ante la incertidumbre por el futuro.