Justicia

El Gobierno ahora busca apartar al fiscal Moldes para terminar de liquidar la causa Nisman

El fiscal de la Cámara Federal fue apuntado por Cristina. Lo amenazaron al menos en dos ocasiones.

Cristina Kirchner marcó ayer de manera elocuente supróximo blanco: El fiscal General ante la Cámara Federal, Germán Moldes. En su discurso ante la Asamblea Legislativa cuestionó que este funcionario haya imputado al presidente de AerolíneasArgentinas, Mariano Recalde y a la procuradora del Tesoro, Angelica Abbona, enuna causa vinculada a Aerolíneas Argentinas.

Pero la pelea va más allá de la discusión judicial.Moldes no es cualquier fiscal. Es un viejo conocido del peronismo. Fuesecretario del ex minitaro del Interior, José Luis Manzano y de su mano –en ladécada del noventa- llegó al cargo que detenta actualmente.

Moldes empezó a levantar el perfil en la medida quese acentuaba la declinación política del kirchnerismo y fue uno de los másvisibles convocantes al 18F. El Gobierno tomó nota de su giro y le envió variosemisarios con todo tipo de propuestas para que abandonara su ímpetuinvestigativo en causas sensibles contra el poder. La respuesta del fiscal dejóhelado a los emisarios.

“Lo único que queremos es sangre”, respondió elfiscal ante las promesas que le hicieron. Es lógico, las ofertas de un gobiernoal que le quedan pocos meses en el poder no suelen ser atractivas, salvo paralos desesperados.

Es tal la tensión que existe entre Moldes y la CasaRosada que el mismo día de la marcha, mientras el titular del gremio dejudiciales, Julio Piumato, desde el palco frente a la Fiscalía de Nisman, pedíaun minuto de silencio, Moldes se desmayó luego de escuchar las amenazas querecibió en ese momento.

Según trascendió de sus colegas, Moldes ademáspadeció un segundo desmayo en sus oficinas del edificio de los tribunales deComodoro Py, por otro episodio de amedrentamiento que sufrió.

Moldes es por su experiencia política y audaciapersonal uno de los líderes de la intifada que el fuero federal lanzó contra laCasa Rosada. Por eso desestabilizarlo es clave para la Presidenta.

Cristina ya decidió que se lo recuse. De esa manerase evitaría que avale lo actuado por el fiscal federal Guillermo Pollicita, querespaldó la denuncia de Nisman e imputó a la Presidenta. Esta acusación fuedesestimada por el obediente –o coercionado- juez federal Daniel rafecas, perotodavía falta que Pollicita defina si apela la decisión ante la Cámara Federaly en esa instancia sería Moldes quien podría avalar su reapertura.

Fuentes del Gobierno consultadas por LPO admitieronque Moldes no sería el único recusado. La idea es pedir el apartamiento detodos los fiscales que participaron y organizaron la marcha del 18F por“parcialidad manifiesta”. Se trata de los fiscales que intsruyen la mayoría delas causas de corrupción contra el Gobierno.

La recusación

La maniobra del Gobierno para correrlo es simple. Loimpugnarán por haber participado de la marcha del 18F en la que más de docefiscales federales marcharon bajo la consigna de honrar la memoria de sufallecido colega, Alberto Nisman.

Pero la Casa Rosada tambiénutilizaría contra Moldes la denuncia que el fiscal realizó hace unos días contra la procuradora del Tesoro por haberpresentado un escrito de defensa de la Presidenta sobre la denuncia que habíahecho el fiscal Alberto Nisman porencubrimiento a Irán. Por eso, cuando Cristina defendía ayer a la Procuradora yatacaba a “la Justicia” estaba preparando el terreno para la embestida contraMoldes.

Angelina Abbona, funcionariadesignada por Cristina, presentó el escrito para defender la actuación de laJefa de Estado, el día anterior a la imputación que realizó Pollicita.

Laargumentación de Moldes, es que Abbona excedió su competencia porque la denuncia de Nisman no está dirigida contra elEstado Nacional sino contra la Presidenta en particular y además, cuando Abbonapresentó el escrito cuando todavía no existía la causa judicial porque elfiscal Gerardo Pollicita no había impulsado la investigación.

Para Moldes se habrían utilizado losrecursos de la Procuración del Tesoro para la defensa de particulares, en unaespecie de “competencia desleal” desde el aspecto jurídico.

Si el Gobierno tiene éxito en la recusación de Moldesdeberá sortearse un suplente entre los fiscales de los Tribunales Orales.