Asamblea Legislativa

Kicillof entró como un rockstar al Congreso y recibió elogios de Cristina

Fue caminando por Avenida de Mayo desde el Ministerio de Economía con su mujer y equipo.

Mientras los militantes se apilaban en la Plaza de los dos Congresos, el gabinete de Cristina Kirchner fue llegando antes del mediodía a la Asamblea Legislativa, ingresando por la vallada Avenida Rivadavia.

Axel Kicillof llegó como un rockstar, caminando desde el Ministerio de Economía por Avenida de Mayo con su mujer y equipo. La gente lo aplaudía y se le tiraban encima para sacarse una foto. El Ministro respondía al show, mientras un celoso círculo de custodios lo seguían de cerca.

Kicillof entró al Congreso junto a otros secretarios y el viceministro Emanuel Álvarez Agis se quedó afuera en la plaza. La idea en principio era llegar en una combi de ministros, o en auto, pero decidieron finalmente hacer la caminata.

Cristina comenzó su discurso con temas económicos y repartió elogios para Kicillof, cuestionando a los "economistas que nunca condujeron nada y cuando lo hicieron, volcaron el país", por "meterle miedo a la gente".

Mencionando un informe de una consultora internacional, la Presidenta señaló que "podemos decir que la República Argentina es el único país que ha descendido en forma negativa su deuda externa en todo el mundo" y detalló que "la deuda sobre el PBI, desde 2007 a 2014, cuando asumí como presidenta hasta esta apertura legislativa, la Argentina tuvo un signo negativo del 11 por ciento en su crecimiento de deuda".

Aunque después Cristina retó a Kicillof por distraerse mientras estaba disertando sobre Precios Cuidados.  "No te distraigas, Axel. No hay que estar nunca distraído, jamás. Néstor nunca estaba distraído", le reprochó la presidenta.

Otro ministro aplaudido por el público fue el bronceado Agustín Rossi, que llevó a la perfección la maniobra para distraer a las cámaras de televisión para que, cinco minutos después, llegara César Milani en una combi.

El jefe del Ejército bajó dando un saltito, sin despeinarse, y pronto se escurrió en el Congreso; su presencia pasó inadvertida. El ministro Rossi tenía ocupada a la prensa, y hasta su par Julio De Vido se encargaba de tomar a algunos periodistas.