Elecciones 2015

Massa enfrenta el tramo más difícil de su campaña, presionado por la falta de fondos

Sin un Estado grande para apalancar la campaña, sufre la presión sobre empresarios para que no lo financien.

“La plata sigue a la política”, suele comentar Sergio Massa cuando lo consultan –cada vez más- sobre la notoria austeridad de su campaña. Es su manera de explicar que mientras siga siendo una opción con chances reales de ganar la Presidencia, tarde o temprano los fondos necesarios aparecerán.

Febrero fue un mes para el olvido para el ex jefe de Gabinete. En la pulseada que mantiene con Mauricio Macri para consolidarse como la principal opción opositora, el jefe de Gobierno porteño le sacó metros. Pero ninguno pegó más fuente en el Frente Renovador que el pase de Carlos Reutemann. Fue un verdadero cimbronazo.

La combinación de ese pase con la publicación en Clarín del domingo de dos encuestas que lo ubicaban tercero encendieron todas las alarmas en las oficinas de Massa. La lectura fue que las fuerzas que se oponen a su llegada al poder estaban jugando todo para dejarlo fuera de la carrera presidencial.

El plan que imaginan enfrentar es simple: Instalar que está tercero lejos, para que aquellos jugadores fuertes que podían colaborar con su campaña concentren los recursos en Macri y eventualmente Scioli. Una manera de agudizar una fragilidad y eventuales fugas de dirigentes que como en una profecía autocumplida terminaría ubicándolo realmente en un lejano tercer lugar.

Por eso ayer tuvo que convocar a una cumbre en Junín de su núcleo duro –intendentes y dirigentes bonaerenses-, para intentar despejar fantasmas. Allí mostró sus números, que lo siguen ubicando al frente de los sondeos; y explicó que hasta julio tiene el presupuesto cerrado y financiado para solventar la campaña.

Presiones

Los principales empresarios del país comenzaron a recibir llamados pidiéndoles que no aportar dinero a la campaña de Sergio Massa y colaboren en forzar una polarización entre Mauricio Macri y el kirchnerismo, denuncian muy cerca del ex intendente de Tigre.

“Nicolás Caputo los llama y les pide que no nos financien, lo gracioso es que después de cortar con él lo primero que hacen los empresarios es contarnos lo que pasó”, comentan en el Tigre, pero lejos de tomarlo risueñamente lo que se percibe es preocupación.

Es que para muchos factores de poder Macri es más “confiable”. No son pocos los empresarios que ven en Massa una mezcla peligrosa de Menen y Kirchner que una vez instalado en la Casa Rosada les marque sus propias reglas de juego.

Peligrosa línea de razonamiento que se empalma de manera peligrosa –para Massa- con la coincidencia táctica de Cristina, Scioli y Macri. La Presidenta lo quiere si o si derrotado. Scioli necesita que se diluyan sus chances para que no atraiga peronistas y lo deje a él como único candidato competitivo del oficialismo y Macri necesita superarlo ampliamente para ser el opositor que polarice con el kirchnerismo.

Massa, a diferencia de los otros tres actores, es el único que no tiene un Estado grande para apalancar su campaña. La mayoría de sus aliados son intendentes y tienen presupuestos precarios para la escala de una presidencial, que el cálculo más conservador estima en 100 millones de dólares.

Fueron algunos de estos intendentes que en reuniones recientes expresaron su preocupación por la falta de fondos. “No tenemos un mango. Se hace difícil”, confesó uno de ellos en un encuentro de La Plata.

Massa no se altera y asegura que hasta julio tiene dinero suficiente para recorrer el país. Sabe que si llega a mitad de año parado, luego ya será demasiado tarde para bajarlo y el dinero aparecerá.