Energía

Mientras aguardan la ayuda de Kicillof, Edenor y Edesur cerraron un aumento de $8 mil para enero y febrero

Es un anticipo de la paritaria. Tienen pérdidas récords y suman facturas impagas con CAMMESA.

Con un marcado sigilo y mientras esperan el “salvavidas” económico prometido por el ministro Axel Kicillof para no caer en situación de “patrimonio neto negativo’’ que las dejaría a un paso de la quiebra, las empresas Edenor y Edesur acordaron con el gremio capitalino de Luz y Fuerza el pago de una suma fija de $ 8.000 para los dos primeros meses del año.

La mejora salarial -otorgada como un anticipo de la paritaria que se negociará a partir de marzo-, se fragmentó en dos pagos de $ 4.000 mensuales. El primer desembolso se concretó a mediados de enero y el segundo se terminó de liquidar en la última semana.

Ante la falta de ingresos genuinos para hacer frente a los incrementos salariales, las dos distribuidoras de la región metropolitana se hicieron de los fondos necesarios aplicando un nuevo recorte en los pagos de las facturas por energía recibida que deben cancelarle a la CAMMESA, la administradora estatal del negocio eléctrico.

Con el visto bueno del Gobierno, Edenor y Edesur elevaron su nivel de morosidad con la CAMMESA a un nuevo récord que supera, entre las dos empresas, los $ 14.000 millones.

Para no subir las tarifas, la administración kirchnerista viene implementando de hace varios años una serie de parches y auxilios financieros a las dos distribuidoras eléctricas privadas más grandes del país.

Además de permitir que entren en “default” con la CAMMESA, las autoridades nacionales están apuntalando económicamente a Edenor y Edesur por medio de dos instrumentos. 

Uno de ellos es el FOCEDE, el fondo para “obras de consolidación y expansión de distribución eléctrica’’. Este fondo fiduciario -que se nutre con un cargo específico que pagan todos los usuarios desde fines de 2012-, es administrado por el ministerio de Planificación de Julio De Vido y moviliza anualmente unos $ 3.000 millones. Con esos recursos, las empresas llevan adelante las obras de mantenimiento de las redes que son prioritarias y el recambio de los equipamientos más vetustos.

El otro instrumento de ayuda estatal a las distribuidoras son los “contratos de mutuos y cesión de créditos en garantía" que les concede la CAMMESA para que puedan financiar sus gastos operativos.

Tanto estos “mutuos” como los montos impagos por las facturas de energía se reflejan en las cuentas de las empresas como “deudas a pagar” que dejan sus balances cada vez más en rojo. Edesur cerró el año pasado con una pérdida de $ 1.358 millones. En tanto, los números preliminares de Edenor muestran la misma tónica negativa con un nivel de pérdidas en 2014 que superaría los $ 1.200 millones.

Para que no quedar expuestas a pedidos de quiebra por el incremento de sus “patrimonios netos negativos”, tanto Edesur (controlada por el grupo italiano Enel), como Edenor (que está bajo la órbita del holding Pampa Energía de Marcelo Mindlin) aguardan que la Secretaría de Energía que comanda la camporista, Mariana Matranga apruebe lo antes posible el ‘’reconocimiento de los mayores costos operativos’’ de los últimos meses.

Con los ingresos provenientes de esa medida que Kicillof les prometió a principios de enero, las distribuidoras podrán mejorar transitoriamente sus balances y compensar las deudas que tienen acumuladas con la CAMMESA.

Por el lado de Luz y Fuerza, la obtención de la suma fija a cuenta del ajuste que se defina en la paritaria representa un doble logro para Rafael Mancuso, el actual titular del sindicato capitalino que durante varias décadas estuvo bajo el mando de Oscar Lescano.

Por un lado, consiguió calmar, en parte, los reclamos de las bases que se habían quedado con las manos vacías en diciembre al no haber cobrado el histórico “bono de fin de año”. Y por otro lado, dejó al gremio bien posicionado para negociar a partir del próximo mes una actualización salarial anual no inferior al 30%.