Justicia

La guerra íntima de Gils Carbó y Saenz, tras la marcha de los fiscales y la investigación de Nisman

La procuradora y el fiscal General de la Cámara del Crimen fueron muy cercanos. Hoy uno lidera la resistencia judicial al kirchnerismo y la otra es la espada de la Presidenta.

La muerte deAlberto Nisman conmovió hasta los cimientos el sistema judicial, agudizandoenfrentamientos que aún en los momentos álgidos de la avnazada kirchneristahabían guardado mínimamente las formas.

La decisiónhistórica de un grupo d efiscales, liderador por el fiscal general de la Cámaradel Crimen, Ricardo Sáenz, de convocar a una marcha pública el próximo 18 defebrero para reclamar por la muerte de Nisman, lo puso en la mira de laprocuradora ultrakirchnerista Alejandra Gils Carbó.

La Casa Rosadadesconfía de la influencia de Sáenz sobre la fiscal Viviana Fein que tiene a sucargo la investigación de la muerte de Nisman y pretende accorralarlo a travésde Gils Carbó. Por eso, según confirmaron a LPO fuentes de Comodora Py, elkirchnerismo intentaría reflotar viejas causas y sanciones disciplinarias encontra de Sáenz, para que Gils Carbó impulse a su vez un sumario administrativoo directamente un jury para destituirlo, como intentó hacer con el fiscalCampagnoli.

Lo notable esque Gils Carbó y Sáenz fueron en el pasado muy unidos y compartían incluso sutiempo libre, lo que le da a esta pelea un cariz particular.

Para elkirchnerismo, Sáenz esta interviniendo de manera “irregular” en lainvestigación de Fein ya que sobre la funcionaria sólo tendría facultadesadministrativas y el superior directo sería Gils Carbó.

Esa es la posiblecausal de la embestida que planeancontra de Saénz, quien para el Gobierno es también la fuerza oculta detrás delos amparos en contra de la designación de los dieciséis fiscales ad hoc queintentó nombrar Gils Carbó y que finalmente fueron frenados por unapresentación del legislador massista Mauricio D´Alesandro.

Polvora mojada

Entre loscarpetazos que planea utilizar el kirchnerismo, buscarán desempolvar una causa poruna red de escuchas ilegales denunciada en su momento por el juez bonaerense Juan Ramos Padilla, en la queestaría señalado Sáenz, además de jefes de la Policía Federal, políticos,jueces y fiscales. Se trata sin embargo de polvora mojada. Saénz fue sobreseídoen esa causa con sentencia firme.

En medio de estapelea de pesos pesados, quedó la desbordada fiscal Fein, incomodísima con suflamante notoriedad.

Saénz denunció públicamenteque Gils Carbó pretende separar a Fein de la investigación de la muerte deNisman. Y desde la Procuraciónel fiscal General de la Cámara del Crimen es elverdadero líder del grupo de fiscales críticos de Gils Carbó, entre los que estánlos fiscales federales, Carlos Stornelli, Guillermo Marijuán, Germán Moldes,Carlos Rívolo, y la mayoría de los funcionarios adheridos a la Asociación deFiscales y Funcionarios del Ministerio Público que preside, Carlos DonosoCastex.

Estos fiscales estánconvencidos que la Procuración no los defiende de las presiones políticas –sinomás bien lo contrario- y que esta es precisamente la situación que sufre lafiscal Fein que intenta hacer un trabajo “técnico”. Creen incluso que a Nismanlo dejaron solo y ahora temen por sus vidas.

Es en este marcoque la interna Gils Carbó-Saénz, escalóa un enfrentamiento feroz.

Luego de años deamistad, se produjo un quiebre inesperado luego que Gils Carbó escaló a laProcuración, tras alinearse con el Gobierno a través de su asesor y amigo, elex ministro de la Corte Suprema, Eugenio Zaffaroni.

Saénz y GilsCarbó, formaban parte de un mismo grupo de fiscales preocupados por optimizarlos recursos y la asistencia en las causas, confirmaron a LPO fuentes conacceso a ambos.

La capacitacióninformática y la tecnología como nuevo desafió en los procedimientos penales, erantemas que los apasionaban y les permitían profundizar una amistad que excedíael horario laboral. Sin embargo, alasumir Gils Carbó como Jefa de los Fiscales, cortó todo diálogo con su viejoamigo.

Además, designó en la Fiscalía Especial de Ciberdelitos aHoracio Azzolin y a Julio Quiñones, en la Dirección de Informáticadel Ministerio Público, designaciones que ignoraron la opinión informada de Sáenz.

Hoy la coyunturalos encuentra enfrentados, en una guerra que se vuelve cada vez más abierta yque excede largamente la geografía de los tribunales.