La Cámpora y Viviani mandaron una patota armada para no perder la elección de pilotos

Siete hombres vestidos de civil y armados con pistolas ingresaron hoy a la sala de votación donde se está definiendo la elección de representantes en el gremio de pilotos APLA, fuertemente sospechada de fraude, como denunció LPO.

Se trata de una elección complicada: el piloto Daniel Biró busca destronar a su hermano Pablo, actual secretario general del sindicato, que es apoyado por La Cámpora y el CEO de Aerolíneas Argentinas, Mariano Recalde. Por miedo a perder los comicios, Pablo reclutó en los últimos meses a Raúl Otero, un operador sindical que responde a Raúl Viviani y fue denunciado varias veces por la Justicia Electoral por maniobras fraudulentas.

La patota que ingresó hoy a la sede de APLA es una maniobra típica de Otero y Viviani, en la que se busca presionar bajo la amenaza de violencia a los pilotos que iban a votar.

Los hombres armados no recibieron ningún tipo de reproche ni fueron echados por los inspectores que envía obligatoriamente el Ministerio de Trabajo para todas las elecciones sindicales. Tampoco detuvieron la elección por irregularidades, como hubiese correspondido.

Desde el sector de Daniel Biró y el moyanismo aseguran que, en caso de perder la elección por votos, La Cámpora buscará suspender los comicios y que el Ministerio de Trabajo intervenga el sindicato para que el kirchnerismo conserve el poder.

Es que hay una clara alineación del gobierno –con Recalde y todo el Ministerio- apoyando a Pablo Biró que busca quedarse en el poder más allá del mandato de Cristina. Daniel, su hermano y competidor, tiene el apoyo del sindicalismo opositor de Hugo Moyano.

Para tener más margen de maniobra y control durante los comicios, Pablo Biró adelantó la fecha de las elecciones, originalmente programadas para 2016, para este año. Bajo consejo de Otero, se decidió que se votara entre 26 de enero y el 2 de febrero en aeroparque y del 2 al 6 en APLA. Además, los pilotos de LAN Argentina, Andes, SOL, entre otras empresas votarán en urnas distintas a las de sus pares de Aerolíneas Argentinas.

Este punto no es menor: de los 1500 pilotos habilitados 950 son de Aerolíneas. “Es una maniobra extraña que solo se entiende en la figura de un proceso electoral fraudulento”, sostuvo entonces Daniel Biró.