Provincia

Los intendentes mortifican a Giustozzi y se acercan a De Narváez

El Colorado alquiló el piso 15 de la Torre de las Naciones, dos debajo de Massa. Bronca con Giustozzi porque se fue a Punta del Este.

Francisco De Narváez largó una ronda de visitas con intendentes del Frente Renovador y en tres encuentros clave parece haber consolidado su nuevo rol como candidato a gobernador massista.

No es casual que en días consecutivos decidiera reunirse con dos de los jefes comunales más cercanos a Massa, ayer con José Eseverri y hoy con Joaquín de la Torre. Mantuvo además un encuentro reservado con Gabriel Katopodis, el otro intendente de la mesa chica tigrense.

El ascenso de la figura del “Colorado” puertas adentro coincide con el enfriamiento del pase de Martín Insaurralde –Massa cortó hace un mes el diálogo con el lomense-, y con el alejamiento de Gustavo Posse, encaminado hacia el PRO. Combina además con el amesetamiento o el techo del resto de las figuras lanzadas: Darío Giustozzi, Felipe Solá, Mónica López.

Distinta es la estrategia de Jesús Cariglino, con varios intendentes detrás. Aún adentro del Frente Renovador, el líder de Malvinas Argentinas avanza en un armado propio que en gran medida se corresponde con la “vocación bonaerense” de Insaurralde. Pero también con Cariglino se reunirá De Narváez, en los próximos días.

La política está hecha de gestos. Cuando el pase de Insaurralde estaba cerca, los intendentes le abrieron la puerta al lomense. Ahora que el esposo de Jésica Cirio se mantiene afuera –incluso se habla de que podría quedarse en Lomas de Zamora-, los jefes comunales se acercan a De Narváez. En ambos casos enfurecen a Darío Giustozzi, que no logra contenerlos.

En pocos días, De Narváez dejó algunas señales y a Massa se lo ve contento con su incorporación, comentan en su entorno.

Astuto, se alquiló el piso 15 de la Torre de las Naciones, dos debajo del tigrense. Con Giustozzi la bronca surgió porque como jefe de Bloque después de reunirse con Massa y los diputados por el caso Nisman, se fue a Punta del Este. En la foto de ese encuentro (ver en galería), se lo puede ver a De Narváez sentado a la derecha de Massa.

El Colorado llegó con su estilo organizado y empresarial. Cuando estaba con Macri, se había armado una sede en Las Cañitas. Cuando cerró con Daniel Scioli –llegó a decir que asumiría como Ministro de Seguridad bonaerense-, se alquiló una casa en La Plata y dijo que se iba a vivir a la capital bonaerense. Ahora se replegó en el Tigre.

“Si yo quiero ser gobernador, lo mínimo, lo más fácil que tengo es ganar la primaria de mi espacio”, se lo escuchó decir a De Narváez, que asegura no tener ningún problema en ir a internas con Insaurralde.

“De Narváez entró bien, y además vino en son de paz, con la bandera blanca”, comentó a este medio un candidato a intendente massista de la Primera Sección. “La preocupación de muchos es si empiezan a brotar candidatos suyos en los distritos. Pero él aviso que no, que su deseo es que Massa sea presidente y ver si puede él ser gobernador”, agregó.

Tiene unos 8 puntos de voto propio, con su boleta sola en un cuarto oscuro. En rigor no mucho más que el resto del pelotón. Sin embargo, la jugada es más tentadora para Massa porque De Narváez, se sabe, le quita votos a Mauricio Macri. Y en un mano a mano con el líder del PRO eso puede ser letal.

Hoy con De la Torre, el diputado empezó a ensayar un discurso a tono, después de visitar el Centro de Operaciones Municipal (COM), para ver lo que hace el municipio en materia de videovigilancia.

“La Argentina que viene no puede estar fragmentada, si queremos un país mejor necesitamos una provincia mejor y sobre todo unida. Y para eso Sergio Massa va a ser el presidente de la seguridad”, dijo El Colorado.