Cristina y un mensaje que refuerza las peores tendencias del poder

La Presidenta expuso su obsesión: Todo lo que ocurre es producto de una gran conspiración orquestada por Clarín.

El mensaje tuvo un único mérito: Expuso a plena luz cual esel estado actual de los pensamientos de la Presidenta. No sirvió para llevartranquilidad a una sociedad agobiada por la sombra siniestra del crimenpolítico y tampoco ofreció una hoja de ruta consistente para salir de la crisisactual.

En el tramo medular de su mensaje por cadena nacional, laPresidenta reveló la profundidad de sus obsesiones: Un hilo conductor –el hilode Ariadna- une la sucesión de revelaciones sobre los aspectos másinexplicables de su fulgurante crecimiento patrimonial y el de sus empresarios máscercanos, como Lázaro Báez, con la muerte del fiscal Alberto Nisman. Y estehilo mitológico que todo lo vincula conduce a Clarín.

Así, todos los males, las tragedias, los errores y hasta lastorpezas, se explican desde una instancia secreta, un orden superior donde confluyentodas las conspiraciones. La política como paranoia que evita la autocríticaporque todo es culpa del otro malvado, que conspira contra los intereses delpueblo, y por supuesto, la Patria que la encarna quien tiene el poder.

Diego AngelLagomarsino no es entonces un colaborador del fallecido Alberto Nisman,comprometido por haberle entregado el arma que supuestamente terminó con suvida; sino por algo mucho más grave, su hermano trabaja en el área de sistemasde un estudio de abogados que tiene entre sus clientes al grupoClarín. Y otro dato incriminante: En la red social Twitter se expresa en contradel Gobierno y la Presidenta. Más claro imposible.

Paroxismo del cristinismo condensado en una línea: Loscríticos del Gobierno son culpables. De loque sea, cuando sea. El contenido autoritario del razonamiento alarma por loque proyecta.

En su largo mensaje, Cristina dedicó además varios tramos paracolocarse en uno de los lugares que más le gusta: El de víctima. “Aquí me ven,en silla de ruedas”, aclaró al comienzo, por si acaso a algún distraído no le había quedadoclara la puesta en escena, ella en la silla de ruedas, toda de blanco, en elcentro de la pantalla, sin el habitual escritorio que utiliza en sus discursosgrabados. 

La construcción del mensaje siguió por ese eje, ella es laverdadera víctima, entre otras cosas, de una conspiración orquestada por fiscales, jueces,periodistas y espías, activados por su intento de alcanzar la verdad sobre elatentado a la AMIA, a través del memorándum con Irán. Un rol que volvió aensayar cuando recordó no la muerte de Mariano Ferreyra, sino como éstaafectó a su esposo. Notable transposición. Néstor fue la verdadera víctima de aquel crimen,ella lo es de la muerte del fiscal.

Ubicada en este lugar, acaso no percibió que en sus largas parrafadas eludió la más elemental regla no ya de la política, sino de una mínimaurbanidad: Expresar su pésame a lafamilia de la persona que falleció. Fue tan notable la incapacidad de empatía con las reales víctimas de esta tragedia, que incluso se alargóen un muy desgraciado relato de cómo se enteró de la muerte del fiscal, condetalles de mal gusto y hasta algún intento de humor desubicado.

La parte “programática” del mensaje fue más de lo mismo.Ante cada problema de la realidad, Cristina tiene un proyecto de ley. En estecaso la “disolución” de la SIDE y su reemplazo de una agencia, que seguramenteabsorberá el personal y las funciones de la actual Secretaría. La única novedadde este previsible gatopardismo es que el director de esa agencia necesitarádel acuerdo del Senado. Pero se cuidó muy bien de no precisar si será por simplemayoría -que la tiene asegurada- o por dos tercios como los jueces de la CorteSuprema.

El segundo capítulo de esta “reforma” es el traslado de laoficina encargada de las escuchas -conocida como Ojota- de la SIDE a laProcuración. Una trampa caza bobos. El problema nunca fueron lasescuchas legales -como las que ordenó Nisman-, que están bajo escrutinio yregulación de los jueces; sino las miles de escuchas ilegales con finespolíticos y hasta personales que ordenan los presidentes y que con elkirchnerismo alcanzaron niveles récord.

Apenas un ejemplo de la hipocresía de la propuesta: ¿Regulará también la procuradora Alejandra Gils Carbó las escuchas que eventualmente realice la potenciada estructura de Inteligencia del Ejército que responde al general César Milani? La pregunta, obvio, es retórica.

En definitiva, el mensaje de la Presidenta no hizo sino más confirmar que fue ella la verdadera autora del lamentable“documento” que el PJ aprobó en su última reunión y que sumergió a esa fuerzapolítica en una crisis profunda, al punto que es muy probable que de aquí alfinal de su mandato, no vuelva a reunirse.

“No se toca ni una coma”, dijo Carlos Zannini cuandoirrumpió en esa reunión con el texto que finalmente se aprobó. Será materia deestudio para sociólogos y expertos en temor reverencial y comportamiento demanada, explicar por qué líderes experimentados, gente grande, con votos propiosy aspiraciones, eligen reducir a cero su dignidad política, condensada en elinfantil recurso de poner mala cara y tratar de salir lo más atrás posible enla foto oficial.

Selfies de un proceso político que esta noche confirmó que todavíano aprendió el arte de despedirse bien.