Pablo Ferreyra

“No me imagino a un joven con la remera de la cara de Scioli”

El legislador del interbloque K dice que el gobernador es un "candidato prestado" y pide sumar a Lozano.

Pablo Ferreyra estaba escuchando Divididos en su notebook cuando recibió a LPO en su despacho para hablar de la situación que atraviesa un sector del kirchnerismo que no puede aceptar que Daniel Scioli sea el candidato del oficialismo para suceder a Cristina Kirchner.

Ferreyra es hermano de Mariano, el militante del PO asesinado en 2010, y obtuvo su banca de legislador porteño (integra el interbloque K) tras encabezar una colectora que armó Andrés "Cuervo" Larroque. Pese a eso, admite que nunca militaría en La Cámpora y que no votó ni a Néstor Kirchner en 2003 ni a Cristina en 2007.

Actualmente trabaja en la candidatura presidencial de Jorge Taiana y jura no haberlo escuchado al canciller decir que se bajará a la Ciudad. Además de cuestionar con dureza al gobernador bonaerense, a quien define como un "candidato prestado", pide sumar a otros sectores como el de Claudio Lozano en la Ciudad.

¿Usted es kirchnerista?

Por supuesto que nunca podría decir que soy kirchnerista de esa manera, sino que me he incorporado a un movimiento popular con características nacionales, desde la izquierda popular pero aportando a ese mismo movimiento. Hemos logrado confluir. A esta altura, más que definirme kirchnerista me quiero colocar en un lugar de síntesis, entre lo que va a venir pero también en un pasado de lo que fue mi matriz política. Generacionalmente no responde a los cánones del kirchnerismo que quizás con unos pocos años menos serían definitivos. El que nació en los 90 es el que más puede sentirse representado por el kirchnerismo, mi generación interpreta al kirchnerismo pero no lo tiene atravesado de la misma manera que los pibes más jóvenes.

¿El kirchnerismo le dio lugar o esperaba algo más?

Como estructura política a nivel nacional da lugar, quizás en una estrategia más local le cuesta poder jugar más con los actores que se manejan al margen de esa estructura. Hay que hacerse el lugar a los codazos y sobre todo desafiando al propio kirchnerismo. Siempre entendiendo que uno aporta a una estrategia general y no apareciendo como un francotirador, más allá de que uno puede tener posiciones muy críticas. El kirchnerismo como movimiento político y cultural al que me incorporé tardíamente da esa posibilidad.

Comparte la estrategia nacional del kirchnerismo pero ha criticado a Scioli. Si el kirchnerismo decide ir detrás de él, ¿usted qué va a hacer?

Nosotros definimos ir con Taiana y creo que no hay hoy una definición muy clara de lo que va a suceder en el kirchnerismo. Hay que poner más en crisis el paradigma que representa Scioli, avalado o no por el kirchnerismo, que para mí está en las antípodas de lo que Néstor Kirchner buscó como ruptura y como orden político. Yo a veces pienso en el futuro y no me imagino a un joven con la remera de Scioli. Sí con el “Scioli 2015”, pero no con la cara de Scioli. No da para generar un mito Scioli. Es una figura reciclada de varios gobiernos. El peronismo al igual que el chavismo y otros movimientos emancipatorios o nacionales parten de cierta figura que logre arrastrar el mito. El kirchnerismo tiene mucho de eso, el sciolismo llega por otro lado. Scioli mismo no es un cuadro político.

¿Nota diferencias entre Massa y Scioli?

Diferencias hay. La principal es que Scioli necesita parte de la estructura del kirchnerismo para ser presidente, pero la propuesta tiene similitudes, más que nada por el contraste y la vuelta de página que proponen. Si hay algo para criticarle al kirchnerismo es que haya perdido la iniciativa. Para mí lo ideal hubiera sido que el modelo se profundice, esto es, seguir repartiendo los ingresos de manera equitativa y que los sectores populares tengan lo que se merecen. Hubo conquistas sociales que reivindicar pero uno hubiera querido que se pise el acelerador más a fondo cuando existía la posibilidad, ahora el Gobierno está más condicionado.

¿A qué se refiere con la vuelta de página?

No creo que Scioli venga y diga que se acabó la asignación universal por hijo, terminemos con la política de derechos humanos, vamos a liberar a los militares. Va a estar ampliamente condicionado por el movimiento kirchnerista y por Cristina. Pero en este panorama la vuelta de página, más allá de que no sea tan brusca, va a generar un contraste fuerte. El mismo Scioli busca mostrar niveles de coincidencia con Massa. Busca un gobierno de transición, de colaboración, no tan confrontativo. Scioli copia debates de mala calidad como tiene el massismo, con respecto a la seguridad, a la demagogia punitiva.

Dice que el Gobierno sacó el pie del acelerador. ¿Cree que un año electoral como el que viene se quedará inactivo o todo lo contrario?

Para mí el kirchnerismo tiene política aún hoy. El año que viene, si el contexto económico es peor, creo que hay un cierto acuerdo de los sectores que pueden erosionar al Gobierno de generar condicionamientos pero no un golpe. Entre los levantamientos policiales y las retenciones al agro podrían haber generado un estado de crisis mucho peor y no pasó. Seguramente el Gobierno está guardando un as bajo la manga para el año que viene y si tiene que hacer uso de las reservas del Banco Central lo va a hacer. Va a tener una política focalizada no sólo a la supervivencia sino ya que no tienen un candidato y el candidato es prestado, a generarle condicionamientos a ese candidato.

¿Por qué Taiana y no Randazzo?

A Taiana lo siento más propio del kirchnerismo que a Randazzo. Randazzo es una figura que en los últimos tiempos encontró un lugar, pero Taiana es un sangre azul de lo que es el kirchnerismo, que es en cierto modo una revancha camporista de los 70. Es quien hoy mejor representa la visión del kirchnerismo. Randazzo parece haber aprovechado su capacidad como gestor en áreas claves y creo que Cristina sabe darle fierros para que hoy sea un ministro que le jode a Scioli.

¿Lo ve a Taiana bajándose como candidato en la Ciudad?

Él encabeza una estrategia a nivel nacional, nunca me ha dicho que quiera bajar a la Ciudad. No creo que venga por ese lado la estrategia. Lo veo en camino de darnos un candidato que pueda ser la reserva moral del kirchnerismo y no el sector que rápidamente arregla con Scioli.

¿Qué debe hacer el kirchnerismo en la Ciudad?

Tiene que pensar cómo ampliar la base de sustentación, es lo mismo que dije el año pasado nuestra colectora podía significar eso. Pero ahora más que nunca hay que ampliar los márgenes. El kirchnerismo tiene que pensar en qué figuras y espacios políticos ajenos pueden arrimarse y dividir el esquema político de la Ciudad en dos partes. Por un lado los candidatos que representen a la derecha y centroderecha y por otro lado candidatos que no tengan que presentar un carnet de pureza kirchnerista sino que respondan a los intereses populares.

¿Podría dar ejemplos?

Por fuera del kirchnerismo yo creo que Lozano tiene que ser una figura que esté integrada. Uno puede cuestionarle muchas cosas, pero es un candidato que hay que convocar. Hay que ver de qué manera porque nadie va a venir a jugar si las reglas ya están escritas en piedra. Cerruti es otra candidata que interpela al progresismo.

¿Ibarra no?

Puede ser, pienso más que nada en figuras novedosas. El kirchnerismo tiene que pensar en un paraguas mucho más amplio, con unas Paso que van a beneficiar a todo el campo popular. Que permita que juegue el PJ en esa estructura pero también otros sectores.

¿Se alejó del Cuervo Larroque, que fue quien armó la colectora que lo hizo legislador?

Ni me alejé ni me unen condicionamientos de ningún tipo. Nunca hubo un llamado del Cuervo diciendo “no votes esto” ni “votá esto”. La colectora también la necesitaban ellos. Nadie regala nada. Sí tengo para reivindicar del Cuervo es que en algún punto tiene una misión del distrito y de la militancia con una visión de acercar figuras que siempre se movieron en los márgenes. Después no hay nada más que nos una, por suerte, si no militaría en La Cámpora.

¿Y por qué no milita en La Cámpora?

Por las propias características de mi historia de militante, provengo del Partido Obrero. Empecé a militar en 1999, dejé de militar a fines de 2004 en el Partido Obrero y hasta al acto en el Luna Park de Néstor en el 2010, al que fui unos meses antes de la muerte de Mariano, en toda esa transición pasé por varias etapas. No sólo no lo voté a Néstor sino que tampoco la voté a Cristina en el 2007. Todo eso fue una crisis de identidad política y personal, y después con lo de Mariano fue todavía más fuerte. Me costó mucho ver dónde me iba a parar. No voy a ser de La Cámpora, no me siento parte de estos jóvenes. No sólo por no ser peronista sino porque en algún punto no fui educado políticamente en estos años. Reivindico al kirchnerismo, pero no me ha penetrado, no es parte de mi ADN.

¿Quiere ser candidato a algo el año que viene?

Si mi candidatura es producto de una estrategia necesaria en la Capital Federal, lo seré.