Ciudad

La caída silenciosa de Gallardo, el juez más odiado por Macri

El magistrado que el PRO quiso destituir por trabar la gestión pidió licencia y se quiere ir de la Ciudad.

Menos de un año después de asumir su primera gestión en la Ciudad, Mauricio Macri intentó destituir al juez Roberto Gallardo, que desde el fuero contencioso administrativo porteño le hizo la vida imposible al jefe de gobierno, como había hecho con su antecesor Aníbal Ibarra.

Desde su juzgado Gallardo, ubicado a la izquierda dentro de la familia judicial, fue un acérrimo opositor de las iniciativas macristas contra trapitos, manteros y cualquier objeto de denuncia de contravención empujada por el PRO para controlar el espacio público.

Incluso cuando desde el sector de Daniel “Tano” Angelici, operador judicial de Macri, motivaron un “ascenso” de Gallardo como Defensor General Adjunto en materia Penal, Contravencional y de Faltas, no pudieron sacarse de encima al mediático magistrado.

Pero tras asumir su segunda gestión Macri trazó una estrategia para mantener a raya al fuero Contencioso, donde creó 10 nuevos juzgados y equilibró el accionar de jueces como Gallardo.

En ese contexto el juez, que ya se había ganado enemigos durante la gestión de Ibarra, quedó aislado dentro del fuero contencioso y se quiere ir de la Ciudad.

Gallardo se pidió “licencia científica” en el Juzgado en lo Contencioso Administrativo y Tributario n° 2 de la Ciudad. Fuentes de la Justicia porteña señalaron a LPO que la licencia fue inducida. “Se peleó con demasiada gente equivocada”, resumieron.

Para irse de la Ciudad, el juez se anotó en concursos en las ciudades de Rosario y San Martín, pero por el momento no habría tenido suerte.