Pichetto y Cimadevilla se cruzaron por la ley de Hidrocarburos

“El acuerdo con Chevron parece el pacto Roca-Runciman”, denunció el radical. El jefe del bloque k volvió a cargar contra Telefónica.

Miguel Ángel Pichetto y Mario Cimadevilla se cruzaron hoy por la nueva Ley de Hidrocarburos, sancionada recientemente por el Congreso.

El senador radical hizo un repaso de la política energética del kirchnerismo, comenzando por la creación de Enarsa, luego el ingreso de Eskenazi en YPF, la expropiación de la petrolera en el 2012 y por último la normativa impulsada por el CEO de YPF, Miguel Galuccio, que aprobaron los legisladores a fines de octubre. 

Cimadevilla acusó al gobierno de “profundizar el pensamiento de la década del 90’”, y comparó el acuerdo con Chevron con el pacto Roca-Runciman de la década de 1930, por las “condiciones muy desfavorables para el país”.

“Con esta ley privatizamos de la superficie para abajo. Entregamos los yacimientos hasta el 2075, profundizando los errores del neoliberalismo. Damos las concesiones por regalías, algo que no sucede en ningún lugar del mundo”, sostuvo el neuquino, durante un seminario organizado por la Fundación de Estudios Políticos Económicos, y Sociales para la nueva Argentina(Fepesna) en el Hotel Savoy.

“La ley ni siquiera permite controlar la extracción de crudo. Las empresas sólo tienen que presentar una declaración jurada y tienen libre disponibilidad” del recurso, denunció Cimadevilla, y advirtió que la normativa “habilita a hacer exportaciones aunque el país no haya alcanzado el autoabastecimiento”.

En su turno, Pichetto recogió el guante y pareció justificar la privatización de YPF durante el menemismo. “Hay que reconocer el contexto. El precio del barril no llegaba a los 10 dólares”, argumentó. El senador kirchnerista culpó también a la “corrupción” que infestaba a la empresa en ese entonces, que la convertía en “la única petrolera del mundo que perdía plata”.

De todas formas, admitió que “fue un error que en la Constitución del 94 el estado perdiera el control sobre el petróleo y se lo diera a las provincias”. 

El jefe de bloque del FPV en la Cámara Alta le aclaró a su par radical que la ley “busca terminar con negocios oscuros” y que, si llega a ser gobernador de Río Negro el año que viene "no se me va a escapar ni un barril". 

“Se critican los plazos, ¿pero qué ocurría antes? Cuando faltaban ocho años para que vencieran las concesiones, se extendían por treinta años más” se defendió.

“Con esta ley tratamos de recuperar una visión federal. Que la inversión sea más importante que el bono. El bono atado a las regalías se usaba para cubrir el déficit y las demandas salariales”, explicó. "A las empresas que no invierten se les puede quitar el área", amplió.

El rionegrino recordó que la nueva normativa le pone un tope a las regalías del 12 por ciento y del 3 por ciento a los Ingresos brutos. Es que hasta ahora cada provincia petrolera ponía a su antojo las cargas tributarias, algo que el gobierno intenta corregir con la nueva ley, que, para Pichetto, “garantiza el proceso de inversión en el tiempo”.

El senador del FPV estimó que el autoabastecimiento energético se logrará recién “en 2020 ó 2030” y que Vaca Muerta necesitará unos 300 mil millones de dólares para “ponerse en valor”.

Además Pichetto insistió en que “la experiencia del capitalismo español en Argentina fue muy mala”, e hizo referencia al manejo que hicieron empresarios ibéricos en YPF, Aerolíneas Argentinas y Telefónica.

“Tuvieron una mirada voraz, depredadora, típicamente colonial”, sentenció, y, tal como hizo en el Congreso, volvió a cargar contra la compañía de telecomunicaciones, sumamente beneficiada con el proyecto de ley que empezó a debatirse la semana pasada en el recinto.

“Telefónica deja mucho que desear. No invirtieron nada”, lanzó.

Sobre el final, hubo espacio para la autocrítica. Pichetto reconoció que el desenganche entre los precios internos y externos del petróleo que impuso Néstor en 2007, tuvieron un efecto "negativo" sobre el sector, y afirmó que otro tema "a revisar" son las tarifas energéticas en capital y Gran Buenos Aires. "En, perspectiva tal vez no fue lo mejor", apuntó el legislador.

El evento iba a contar con la presencia del jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, pero a último momento debió mandar sus disculpas por no poder acudir. Otro confirmado que tampoco asistió fue el también senador neuquino Guillermo Pereyra, titular del sindicato petrolero.