Senado

Pichetto frenó el pliego de Vanoli en el Senado

El jefe del bloque, identificado con Scioli, demoró el aval del nuevo presidente del Banco Central.

Como cuando buscó sin éxito forzar la licencia de Amado Boudou, Miguel Pichetto volvió esta tarde a esquivar un deseo de la Casa Rosada al demorar el ingreso del pliego de Alejandro Vanoli como presidente del Banco Central, que de aprobarse lo dejará en ese cargo hasta 2019.

El pliego de Vanoli arribó al Senado el miércoles e iba a ingresar formalmente en la sesión de hoy, un trámite necesario para que se trate la semana próxima en la Comisión de Acuerdos, donde tras una audiencia pública puede tener dictamen y siete días más tarde someterse a votación en el recinto.

Al no haber tenido ingreso formal, la comisión no lo pondrá a consideración en menos de 20 días, un tiempo que claramente intentó ganar hoy Pichetto, embarcado en la campaña presidencial de Daniel Scioli junto a miembros de su bloque, como Adolfo Bermejo, Roxana Latorre, Roxana Bertone, Aníbal Fernández, Marina Riofrío y Marcelo Guinle.

Para hacer su jugada, el rionegrino aprovechó un nuevo ataque del bloque radical a Amado Boudou. Cuando Gerardo Morales denostaba al vice, Pichetto le pidió cordura y recordó al pasr que habían frenado el pliego de Vanoli para evitar discusiones.

La versión que luego dejó trascender fue que en  la reunión de labor parlamentaria la UCR se negó a convertir la sesión en ordinaria sin incluir otros temas.

Extraño: Pichetto no aclaró porqué la mayoría que reunió para tratar y aprobar la ley de hidrocarburos no fue suficiente para convocar la semana pasada a una sesión ordinaria y darle hoy ingreso formal al pliego de Vanoli, un trámite que suele pasar desapercibido al inicio de las sesiones.

Hasta que el Senado no lo avale, Vanoli puede ser presidente del Banco Central en comisión, pero en esa condición será desplazado de un plumazo por el próximo presidente y claramente no es lo que quiere el Gobierno.

Sobre todo porque si los senadores aprueban su pliego tendrá mandato hasta 2019 y echarlo no será tan fácil: requiere del dictamen de una comisión conformada por el vicepresidente y los presidentes de las Comisiones de Economía y de Finanzas de Diputados.

De esta manera, para Scioli o cualquier candidato oficialista que deba convivir con los restos del kirchenrismo no hay mejor escenario que el de cajonear el pliego y que Vanoli no sea más que una figura del fin de ciclo.

Sólo puede lograrlo si esta vez Pichetto se planta y no como en julio, cuando buscó ayudar la campaña del bonaerense forzando una licencia de Boudou pero se quedó a mitad de camino.

Su estrategia fue la misma de hoy: se excusó en la presión de la oposición para pedirle al vice no presidir la sesión que aprobó una inmunidad a las reservas extranjeras, ideada para esperar una préstamo de China que nunca llegó.

Cristina no tardó en entender que no había oposición que pudiera impedir que el vicepresidente se sentara en su estrado y ordenó que la mayoría oficialista lo defendiera en una nueva sesión. Pichetto tuvo que aceptarlo, con su clásica cara de estadista sufrido.