Presiones a la prensa

Después de cuatro días del ataque a LPO, el kirchnerismo sigue sin condenarlo

Ningún funcionario, legislador nacional, provincial, intendente, concejal o gobernador k se solidarizó.

Hay silencios que aturden. Pasados cuatro días del cobardeataque a Ignacio Fidanza y LPO, nadie del kirchnerismo se solidarizó con estemedio ante el escrache que fue condenado por todo el resto del arco político,los principales medios del país y las asociaciones que defienden la libertad deprensa.

Incluso, los tres candidatos presidenciales que lideran las encuestas condenaron el ataque, así como importantes dirigentes con responsabilidades de Gobierno como el jefe de Gabinete porteño, Horacio Rodríguez Larreta y el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota. 

Pero el Gobierno ni siquiera tuvo la decencia de emitir un sobriocomunicado de las dependencias públicas que deberían velar por la libertad deprensa como la Secretaría de Comunicación que conducen Alfredo Scoccimarro y elcamporista Hernán Reibel Meier y que dependen del jefe de Gabinete, JorgeCapitanich.

Los primeros indicios que llegaron a la redacción de LPOindican que el ataque se originó en la cúpula de La Cámpora, la organización queconduce Máximo Kirchner. Acaso esa información haya motivado la insólitareacción del kirchnerismo que suele transitar los mayores papelones políticoscon tal de no ofender la voluntad del hijo de la Presidenta y su grupo deamigos.

No bastó el ataque que recibió este medio por parte de unacuriosamente homogénea red de tuiteros camporistas el mismo día del escrachepara dejar claro de donde vino la maniobra. Era necesario trasladar esa certezaal plano político y también institucional, mediante este silencio que aturde.