IMPSA

Cristina prometió a Pescarmona pedirle a Maduro que le libere un pago de u$s 150 millones

La promesa fue trasmitida por Tomada al gobernador Paco Pérez. Pedirán u$s 150 millones al venezolano.

La crisis de IndustriasPescarmona (Impsa) que entró en default y que amenaza con dejar en la calle amiles de trabajadores calificados, obligó al Gobierno nacional a comprometersecon una gestión al máximo nivel ante el presidente de Venezuela, NicolásMaduro, para que libere al menos un porcentaje de la deuda que mantiene conesta empresa mendocina por 950 millones de dólares.

El ministro de Trabajo,Carlos Tomada, se comprometió este viernes en Mendoza a hacer las gestionesnecesarias para que Maduro pague “al menos” 150 millones de dólares y agregóafirmó que “se analizará” el pedido de Pescarmona para que el Gobierno se hagacargo de parte de los más de 1.000 sueldos que enfrenta la compañía.

Las novedades se dieron a conocertras una amplia reunión en la Casa de Gobierno de Mendoza entre el gobernadorPérez, Tomada y Sofía Pescarmona de Impsa. También participaron de la reunión sindicalistasde la UOM y empresarios metalúrgicos nucleados en Asinmet (Asociación de IndustrialesMetalúrgicos de Mendoza), quienes en gran medida dependen de los trabajos queles encarga la firma mendocina.

La crisis se desató el lunespasado, cuando el holding anunció que no podría hacer frente a vencimientos deobligaciones negociables por unos 25 millones de dólares, debido a laimposibilidad de cobrar acreencias por 1.200 millones de dólares por obras enBrasil y Venezuela.

La compañía anunció ademásque de inmediato era necesario despedir entre 200 y 300 empleados de suprincipal planta, en el carril Rodríguez Peña, Godoy Cruz, Mendoza.

El anuncio provocó laintervención de los ministros Débora Georgi (Industria), Axel Kicillof(Economía), Julio de Vido (Planificación) y el mencionado Tomada, quienesfueron contactados por Paco Pérez, preocupado por el impacto de esa crisis enla economía mendocina.

El impacto local

A la crisis de pagos queenfrenta en el exterior, se suma la recesión local. El responsable de RecursosHumanos de Impsa, Matías Massera, señaló que esta delicada situación financierase agravó por la “poca o nula actividad” que Impsa tiene en el país.

Ante esa declaración,Paco Pérez se comprometió a hacer gestiones ante el gobierno nacional para queImpsa sea tenida en cuenta en futuras licitaciones, pero se cuidó derelativizar la queja. “Impsa está construyendouna turbina de una de las presas hidroeléctricas más grandes de Latinoamérica yuna de las más grandes del mundo. Se ha presentado a una licitación para elcontrol y medición de una turbina en Yacyretá y también en el embalse Atucha”,afirmó.

Sin embargo, la preocupaciónde Paco Pérez no es casual. La crisis de Impsa golpea de lleno en al menos unos90 talleres matelúrgicos mendocinos que dependen casi exclusivamente de lostrabajos que les encarga esta compañia. Julio Totero, titular de Asinmet,explicó que en esos talleres, que en conjunto emplean a unas 1.000 personas,“la situación es muy delicada y ya varios de ellos pidieron el Repro –un programade subsidios a sueldos del Ministerio de Trabajo- para poder evitar despidos”.

El propio Paco Pérez reconocióque se “está trabajando conproveedores locales de Impsa que han tenido dificultades, los estamosconvocando para el plan Sustenta, de YPF, para ser proveedores de serviciospetroleros y metalmecánicos para que asistan distintas necesidades surgidas enEcuador y La Paz (Bolivia)”, y agregó que además “el Ministerio dePlanificación va a destinar 40 millones de pesos para pagos a proveedores de Impsaque están trabajando en obras ya avanzadas”.