Cristina va a ver al Papa pero sus legisladores piden sacar los crucifijos de los espacios públicos

El bloque K porteño pidió quitar las imágenes de la Virgen. Antes pidieron eliminar las capillas de los hospitales.

La devoción de Cristina Kirchner por el Papa Francisco aún no termina de ser digerida por algunos sectores de su partido que pugnan por la separación entre a la Iglesia y el Estado.

El pasado lunes, el Sumo Pontífice invitó a la presidenta a un almuerzo privado que ambos jefes de Estado tendrán en el Vaticano el próximo sábado 20. De manera inmediata, Cristina respondió que “por supuesto” se hará presente.

Pocas horas después, el bloque de legisladores del kirchnerismo en la Legislatura porteña giró un proyecto para prohibir la instalación de símbolos religiosos, una vieja idea de la ex legisladora María José Lubertino, una militante anticlerical por excelencia.

El proyecto es de la legisladora María Rachid, del Movimiento Evita, y en su artículo segundo prohíbe “la instalación o exhibición permanente de imágenes o motivos religiosos en todos los espacios correspondientes al subterráneo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires”.

La jefa del bloque K, Gabriela Alegre, había presentado un proyecto para eliminar las capillas de los hospitales.

El proyecto, que perdió estado parlamentario pero podría volver a ser presentado, establece que “la asistencia espiritual” se pueda brindar sólo durante el horario de visitas y que en los nosocomios haya un “acceso igualitario a la asistencia espiritual en el marco del respeto de su libertad religiosa y de conciencia”.