Diputados

Militantes de Smata abuchearon en el recinto al diputado de izquierda agredido por Berni

Los trajo Romero, dirigente del gremio y miembro del oficialismo. Bronca de la oposición.

El diputado del Frente de izquierda Nicolás del Caño fue abucheado en plena sesión por una patota de Smata que estaba en los palcos, invitada por Oscar Romero, miembro del bloque oficialista y dirigente del gremio comandado por Ricardo Pignanelli.

La sesión fue convocada para tratar el proyecto para pagar la deuda en el país o en Francia y la extensión a dos años de las tropas en Haití, pero como era de esperar habría cuestiones de privilegio para plantear temas de actualidad.

Y uno de los anotados era Del Caño, quien ni bien declaró de “gravedad institucional” el ataque que sufrió de la Gendarmería el jueves, mientras acompañaba una manifestación de Lear, comenzó a ser silbado desde los palcos por la militancia vestida de verde, color insignia del gremio de Pinganelli.

“Queremos alertar que esta Cámara tiene que pedir el cese del hostigamiento verbal y físico de los diputados que estamos con la clase trabajadora. Esto no puede cajonearse, sino tratarse en el recinto”, reclamó. Y entre gritos, vinculó a Smata como parte de las estrategias de los patronales.

Julián Domínguez pedía una y otra vez silencio y Carlos Kunkel, habitual agitador del Frente para la Victoria, también miraba hacia los palcos para pedir silencio.

La oposición se solidarizó con Del Caño. "¿A qué vienen? ¿Vienen a plantear la cuestión de los despidos y de las suspensiones?", ironizó el jefe de bloque radical Mario Negri, quien desafió a Domínguez a explicar quien había invitado a los militantes de Smata.

“Vinieron porque están en una lista de invitados. Usted también puede invitar gente”, le explicó Domínguez, mientras exigía silencio sin éxito. Según pudo saber LPO, el presidente de la Cámara pidió reforzar la seguridad de los palcos o en tal caso amenazar con un desalojo. 

Graciela Camaño evitó eufemismos. “Usted permitió que hostiguen a Del Caño".

Siguió Pitrola: "Cuando vinieron los despedidos de Shell y de Calsa a este recinto, los sacó y maltrató. Ahora viene esta patota amenazante y la Presidencia los deja estar".

Sin perder la calma, el mecánico Romero no admitió haber sido quien los trajo e invitó a todos los diputados que quieran a conocer Lear. La sala aplaudió.