Córdoba

La imputación de Mestre complica su idea de buscar la reelección

Acorralado, evalúa renunciar a su reelección. Su escándalo amenaza la estrategia de la UCR para recuperar Córdoba.

El radicalismo cordobés se sumergió en una tensa expectativa como consecuencia de la imputación que recibió el intendente Ramón Mestre por presunta defraudación a la administración pública.

Mestre fue acusado por el fiscal federal Gustavo Vidal Lascano de desviar subsidios al gasoil enviados por la Nación (por ocho vehículos articulados) para beneficiar a la UTE ERSA-Autobuses Santa Fe, una de las prestatarias del servicio de transporte y en perjuicio de la empresa municipal Tamse. Para colmo, ERSA es la empresa por la que el intendente está acusado de recibir el pago de dádivas.

Además de Mestre, la imputación recayó sobre el secretario de Transporte, César Ferreyra, su antecesor Juan Pablo Díaz Cardeilhac, y el responsable legal de la UTE, Juan Carlos Romero.

El monto del perjuicio sería de 240 mil pesos mensuales desde agosto de 2013 hasta marzo de 2014.

La denuncia fue presentada por el concejal Daniel Juez, hermano del senador nacional del Frente Cívico, Luis Juez, quien anticipó que el jueves ampliarán la denuncia.

Desesperados

Hasta comienzos de este año, el intendente de Córdoba era todavía la esperanza radical para desplazar del gobierno provincial al justicialismo. Sucesivas crisis políticas y de gestión lo colocaron en una situación desesperada.

Ferreyra hizo ayer un raid mediático para explicar que el error en la liquidación de los subsidios es de la Nación. Los argumentos, llenos de tecnicismos, llevaron a un viejo dirigente radical, de escuela alfonsinista, a recordar que el ex presidente decía que frente a un escándalo la explicación debía ser en brocha gorda, porque la gente no retiene los detalles.

Mestre quedó muy debilitado y las respuestas de sus funcionarios no lo ayudan. Tampoco las suyas, como cuando en la conferencia de prensa le trajeron a la memoria que él había dicho que los funcionarios imputados debían renunciar. Ahora, naturalmente, negó de plano que vaya a seguir su propio consejo.

La delicada situación del intendente pegó fuerte en su línea interna, donde este miércoles se debatía intensamente cual era el camino más apropiado para salir de la crisis política en la que están sumergidos.

Una de las variables más evaluadas fue abandonar la búsqueda de la reelección municipal, ya que aparece como muy difícil superar el examen popular, a pesar de que insólitamente algunos asesores le juran a Mestre que su aceptación pública es del 50%.

Como los clavos, que se sacan para arriba, el nuevo plan -un tanto insólito- es postular a Mestre para la Gobernación.

La especulación de este núcleo es que una derrota municipal lo dejaría sin futuro político, mientras que una caída provincial lo posicionaría para más adelante.

El problema para desarrollar esta estrategia es que en el radicalismo todos se darían cuenta que se trata de una apuesta a la derrota con el único objetivo de darle sobrevida política a Mestre y podría producirse una fuga de dirigentes de la formación inestable que hoy se llama mestrismo.

Mestre no tiene el apoyo de dirigentes con amplio respaldo en la opinión pública, como Oscar Aguad y Mario Negri, quienes no se inmolarán en una debacle municipal. Ambos, incluso, superaron viejos rencores con el intendente a comienzos de año cuando éste relanzó su gestión, pero nuevamente se consideran desplazados.

La crisis complica también la formación de la alianza Unen, como igualmente el acercamiento hacia Mauricio Macri, a quien poco le agradaría ahora un socio político en Córdoba que comienza a transitar los pasillos de Tribunales.