Diputados

El kirchnerismo ya negocia sesiones con la oposición por miedo al quórum

Volvió a acordar una reunión ordinaria. Cristina le dio respiro al no romper con las provincias petroleras.

Hace dos años Agustín Rossi había pautado con la oposición una sesión y el tema principal era el controvertido traspaso de fondos judiciales del Banco ciudad al Nación.

Un corte imprevisto de calles le impidió llegar a tiempo a varios diputados y la rebelión de Jorge Yoma y Felipe Solá dejaron a Rossi contra las cuerdas.

Los líderes de la oposición se miraron de reojo y se fueron del recinto y solo porque Yoma y Solá decidieron quedarse la sesión pudo seguir. Macri llamo al ex gobernador pero no logro convencerlo de irse.

Rossi y Julián Domínguez cortaron por lo sano: decidieron no acordar más un temario con la oposición y las sesiones serían especiales y con temario definido por el Frente para la Victoria.

En esas condiciones fueron las cinco siguientes y otras 6 el año pasado, más de la mitad del total. "Si ellos convocan que junten el numero", repetían en la oposición.

Este año ya tenia tres sesiones especiales cuando el 4 de junio se esperaba a Capitanich para una ordinaria. La oposición se fue disconforme con la metodología y esta vez la izquierda permitió que la sesión se haga.

La sesión especial del 6 de agosto parecía inaugurar otra sucesión de temarios oficiales pero sin embargo esta vez la bronca duro poco: este mediodía Julián Domínguez aprovechó el consenso sobre una oratoria previsional para tratar temas pedidos por la oposición y no tener que juntar los 129 soldados necesarios para sentarse.

La corta rebeldía tiene una sola explicación: desde hace semanas que Juliana Di Tullio teme quedarse sin mayoría propia, como adelanto LPO. Por lo que si los proyectos a tratar no son controvertidos conviene no arriesgar a tener que buscar aliados de último momento, siempre los más costosos.

De hecho en la última sesión contó con la ayuda extra de loa tres de Unión por Córdoba, que empezaran a estar en la mira tras el acuerdo de José Manuel de la Sota con Sergio Massa y Adolfo Rodríguez Saá.

En estos días Di Tullio tuvo una buena noticia cuando supo que Cristina Kirchner retomó las negociaciones con las provincias petroleras y así la libro de arriesgar cuatro bancas de las 133 que, a trazo fino, puede contar con aliados fijos, sin tener que hacer volver a Javier Tineo, actual ministro de Producción de La Rioja. 

Hoy asumió en el Frente para la Victoria el cordobés  Ernesto “Tatú” Bernabey en lugar de su coterránea Carolina Scotto, quien renunció disconforme por el poco juego que tenía en la Cámara. 

Hasta retuvo a los dos rionegrinos que responden al gobernador Alberto Weretlineck, ya con el Frente Renovador. Esta noche Julio De Vido recibió al chubutense Martín Buzzi, quien habia recibido el respaldo de la diputada Mónica Contrera. 

Ese destino le espera a la fueguina Graciela Boyadjian, del Movimiento Popular Fueguino, un partido que ya se declaró massista.

En 15 días necesitará de todos para sancionar el traspaso del canje de deuda al país y la polémica ley de abastecimiento.

Di Tullio los garantizo el fin de semana, justo cuando Cristina volvió a hablar con los mandatarios petroleros.

Debió pedirle a sus diputados que no salgan del país al menos hasta el 10 de octubre, fecha estimada para tratar el presupuesto.

La única diputada que puede tomarse aviones es Ramona Puchetta, ex ladera de Raúl Castells, convertida en aliada ocasional del kirchnerismo.

Esta semana pasada paso por un encuentro parlamentario en Panamá. Pero la próxima sesión no faltará.