Senado

Para Zannini el kirchnerismo nunca llegó al poder, porque lo tienen “las corporaciones”

“En 2003 llegamos al Gobierno, pero no al poder. Al poder estamos llegando ahora, porque lo tienen las corporaciones”, dijo Zannini.

Quizá influenciada por la opinión pública, que reclamaba saber quién era su tan nombrado monje negro, Cristina Kirchner quiso este año que Carlos Zannini sea uno de los funcionarios elegidos para defender sus proyectos en el Senado, donde ni siquiera conocían su voz.

Su debut lo hizo en el pago de la indemnización a Repsol, donde sorprendió con un llanto al recordar a los ex trabajadores, y volvió este martes para argumentar los motivos que llevaron a Cristina Kirchner a abrir un canje de deuda en el país.

Lejos de los que sólo esperaban parquedad, a tono con el mito urbano, Zannini deja definiciones de época. “En 2003 llegamos al Gobierno, pero no al poder. Al poder estamos llegando ahora, porque lo tienen las corporaciones”, dijo hoy.

Algo parecido había dicho en su anterior visita. “Si algo hicimos desde 2003 fue emancipar a las corporaciones”, se jactó.

No fue su única frase de aquel día. “Los políticos tenemos que sacarnos el vicio de los medios. De los diarios, la televisión y las redes sociales. Porque no nos escuchamos entre nosotros”, afirmó.

Se trató de la aparición pública del “Chino”, el secretario de siempre de Néstor y de Cristina, tal vez el único que ambos consultaron siempre antes de tomar decisiones. Tanto, que los más cercanos al matrimonio bromeaban que si se divorciaban, el Chino entraría en el reparto de bienes.

La irrupción de La Cámpora lo relegó pero Cristina jamás dejó de prescindir de él. Por el contrario, quienes pasaron por la Casa Rosada dicen que difícilmente algún camporista pase más tiempo que el Chino en su despacho.

Y ahora que habla, de a ratos, da testimonios de época y hasta irrita a la oposición, que llega a sentirse obligada a maltratarlo al menos para dejar en pie la leyenda. “Usted es el principal destructor de los acuerdos políticos. Y se lo digo en la cara”, lo atacó en marzo. Zannini respondió con una risa a carcajadas, sin entender a qué se refería.

Hoy no hubo disputas personales pero entabló un duelo con Morales, a quien cruzó antes que Kicillof. “Usted tiene una buena retórica para hablar de todo y confundir. Pero yo no vengo a hacer vedetismos y ni vanidades. Vengo a buscar su apoyo”, le aclaró.

Y es lo que hizo, sin discursos extensos y con diálogos técnicos para resolver dudas. “Si no nos vamos a poner de acuerdo, está bien. Pero déjeme explicarle que la declaración de interés público es lo que nos permite hacer el canje en el país”, le respondió, abriendo los ojos achinados en señal de asombro.

Dejó otra definición cuando el jujeño sugirió que los senadores podían quedar como responsables de un fracaso en el canje. “Quédese tranquilo a usted no lo van a acusar de nada. En este país acusan a los que hacen algo”, se victimizó Zannini.

Y hasta se animó a discutir sobre la legitimidad de la deuda externa. "Quien pudo declarar la ilegitimidad de la deuda fue la Ricardo Alfonsín con el retorno de la democracia. Pero no pudo y habrá tenido sus razones. Pero esa era la oportunidad".