Camargo Correa, el gigante brasileño

Adquirió recientemente la argentina Alpargatas. La cementera Loma Negra, historia y contactos.
La noticia que señala la adquisición de la histórica textil Alpargatas por parte del holding brasileño Camargo Correa no sólo aparece como una muestra más de la incursión del país vecino en la industria argentina, sino que consolida el avance en la región de esta gigantesca firma, que abarca áreas de negocios desde el textil al energético, pasando por el cemento, la construcción y la infraestructura.

Con oficinas en la calle Lima al 300 y ventanas a la reciclada avenida 9 de julio, Camargo Correa apareció con todo su poder en la Argentina hace ya dos años, cuando sorprendió al comprar la cementera Loma Negra al grupo Fortabat por 1.025 millones de dólares. Pero ahora, con la suma a su listado de firmas de Alpargatas, se erige como un serio candidato a participar fuertemente de la discusión política con el gobierno de turno, como suele ocurrir con las grandes empresas en todos los países del mundo.

El Grupo Camargo Corrêa lo fundó Sebastião de Camargo Penteado, en 1939, y posee 16 empresas controladas en diversas áreas de actuación. Los principales sectores son ingeniería y construcción, cemento; energía eléctrica; calzados y textiles; transporte; medio ambiente; siderurgia y metalurgia. Holding Camargo Corrêa S.A. es uno de los mayores grupos privados brasileños.

Actualmente posee unos 33 mil empleados y ostenta la nada despreciable suma de 3.300 millones de dólares anuales de facturación, a los que se sumarán los empleados y las recaudaciones de Alpargatas. De la mayor textilera argentina compró el 34,5 por ciento del capital accionario en una cifra que ronda los 51,7 millones de dólares, y adelantó que presentará ante la Comisión Nacional de Valores (CNV) una oferta pública con el objeto de adquirir acciones equivalentes a otro 25,5 por ciento. Operación que hoy fue resistida en el mercado y que hizo caer el Merval.

Con Alpargatas Argentina sumada a Santista Textil (cuya filial en Argentina es Grafa), Camargo Correa asume una riesgosa posición monopólica, quedándose con el 50 por ciento del total de la producción del denim –tela para jeans- de Latinoamérica.

Por este punto es que generó algunas dudas la aprobación de la venta de Alpargatas a Camargo Correa, además de la preocupación lógica del sector empresarial vinculado a la industria textil. Hasta se especulaba con que la Comisión Nacional de Defensa de la Competencia (CNDC) le iba a exigir que venda plantas de producción de denim para aprobar la venta, cosa que finalmente omitió.

Por esto, es que el presidente de la multinacional brasileña, Vitor Hallack, no escatimaba aclaraciones en su entorno para enfocar la compra de Alpargatas por su producción de zapatillas (Topper –que vende unos 6,5 millones de pares al año-, Flecha y Pampero, además de fabricar también calzado para Adidas y Nike) más que por su costado textil.

Casualmente, esta no es la primera operación entre Alpargatas y Camargo Correa, quien ya le había adquirido Sao Paulo Alpargatas, la firma con la que ahora los brasileños compraron la central en Argentina. Esta era una filial de Alpargatas Argentina que el grupo argentino abrió en Brasil y que vendió al holding en los ochenta.

La diosa cementera

Pese a esta incursión fuerte en la industria textil, en la fabricación de cemento y elementos para la construcción es donde Camargo Correa aparece como una potencia en Brasil. Según su sitio oficial, con la marca Cauê se transforma en la mayor productora y comercializadora de cemento blanco en tierras de Lula Da Silva, además de incursionar en el hormigón y ser la quinta productora en el gigante país carioca de cemento portland.

A esto, se suma el 97 por ciento de acciones que posee sobre Loma Negra, la mayor cementera de la Argentina. En ella, además de cemento blanco y hormigón fabrica argamasa y cal.

Atentos al boom de la construcción en la Argentina, cuando en 2005 se hicieron con la hoy ex empresa de Amalia Lacroze de Fortabat lograron millonarios réditos en el país, aunque no se conocen datos certeros de cifras reales.

Contactos en el poder

Como toda gran empresa, Camargo Correa no es ajena a los fuertes vínculos con el poder político en su país.

Integrante del consorcio Via Amarela (Línea Amarilla) junto a la también famosa en la argentina Odebrecht, OAS y Andrade Gutiérrez y Queiroz Galvão, con este suele intervenir en la financiación de campañas políticas de candidatos en Brasil, generalmente de legisladores.

El diputado federal Ivan Valente (Psol-SP) acreditó a un medio brasileño que las empresas tienen poder de influencia en el rumbo de las políticas públicas. "Esa es una tragedia nacional. Como esas empresas son las mayores donadoras de los cargos ejecutivos, legislativos, y hasta de la judicatura, ellas ganan inmunidad, que después se transforma en impunidad, en la fiscalización de las obras de las cuáles ganan licitación", afirmó el parlamentario.

Así, quedó vinculada al desmoronamiento que se produjo en la construcción de la línea 4 metro de San Pablo, donde siete personas perdieron la vida. Al parecer, la creación de este consorcio se dio en un turbio contexto, ya que resultó una unión inédita que sólo se justificó para quedarse con la adjudicación de la millonaria obra.

Asimismo, cuenta por detrás con el respaldo del Banco Nacional de Desarrollo de Brasil quien facilitó los créditos al 7 por ciento anual, el mismo que también respaldaría las incursiones en el país de Odebrecht, Petrobrás y Brama.

Como si esto fuera poco, también participa en obras públicas vinculadas a la infraestructura energética, profesionalizándose fuertemente estos últimos años en la construcción de usinas de generación eléctrica. Así se transformó también en un importante proveedor del gobierno brasileño.

En cuanto al transporte, en la Argentina posee el 80 por ciento de Ferrosur por intermedio de Loma Negra, mientras que en Brasil administra concesiones viales y el estacionamiento de dos aeropuertos.

Las hermanas Camargo

Clarín desnudaba hace unos días a las excéntricas Rosana, Renata y Regina, las dueñas de la multimillonaria empresa.

"Las Camargo llegan en su avión, supervisan todo y también aprovechan para hacer shopping", describió un abogado especializado en los nuevos clientes brasileños para el matutino.

Al parecer, viajan una vez por mes al país y se instalan en el Hotel Alvear, desde donde salen, luego de una impecable producción de ropa y alhajas lógicas entre los magnates para visitar las boutiques de la elitista avenida Alvear donde, aseguran, las conocen desde antes de su incursión en Loma Negra. Por eso, no sólo tienen agendados sus gustos y talles, sino que ya saben que ellos no compran uno o dos modelos: se llevan la colección completa.

Ahora, con el cierre definitivo del acuerdo con Alpargatas, una potencia nueva se estableció en el país. Una más en el gobierno de Néstor Kirchner.