Recesión

El Gobierno le había negado a Donnelley aplicar un plan de crisis que evitara la quiebra

Perdió 25 millones el 2013 y este año iba a sumar 40 millones al pasivo. Trabajo le negó el procedimiento de crisis.

Ladisparatada denuncia de Cristina Kirchner sobre una tenebrosa conspiración delos buitres detrás de la quiebra de la imprenta Donnelley para desestabilizarla economía argentina, fue refutada hoy en una muy interesante columnapublicada por Jorge Fontevecchia en Perfil.

Elempresario de medios, cuya familia comenzó con el negocio de imprenta, entregódatos contundentes que explican la decisión de la empresa de pedir su quiebra.Explicó que la empresa tiene pérdidas crecientes desde el 2010 que “sonclaramente comprensibles si se estudia un poco su tipo de industria”.

“En2013 Donnelley perdió 25 millones de pesos, tuvo ventas por 311 millones depesos y costos por 336 millones, dato que omite la Presidenta en su exposición.Es cierto que las ventas de Donnelley no cayeron porque en 2010 fueron de 183millones. Pero estos datos omiten la inflación (gran problema en el periodismono especializado que compara números de tres años sin tener en cuenta que huboen el período más de 100% de inflación). Las ventas de Donnelley aumentaron el60% en pesos entre 2010 y 2013, pero sólo los aumentos de las paritarias de losgráficos en esos tres años fueron de 109%, casi el doble de las ventas”, agregóFontevecchia.

Yexplicó que si bien “también es cierto que los activos de Donnelley son mayoresque los pasivos: en el último balance, al 30 de junio de 2014, fueron 175millones de activos, 151 millones de pasivos y 24 millones de patrimonio neto.Pero la pérdida de 2014 terminaba siendo mayor que el patrimonio neto, porquesi hubieran seguido hasta fin de año habrían acumulado otros 40 millones deresultado negativo”.

Recordóademás Fontevecchia, algo que la compañía reveló en el comunicado emitidoanoche: “Donnelley pidió reducir su personal de 406 a 283 solicitando unprocedimiento preventivo de crisis, pero el Ministerio de Trabajo no se loaprobó”.

“Elaño pasado, Donnelley también quiso vender su empresa, e incluso un importanteimpresor local mostró interés. Pero luego de realizar un análisis de laempresa, llegó a la conclusión de que sin poder reducir personal era inviable”,reveló el empresario.

Yseñaló que “fuentes de la industria gráfica argumentan que, por la crónicafalta de rentabilidad, las maquinarias de Donnelley están en pésimo estado, yademás de contar con más personal del que la producción actual requiere, unaparte de él está sobrecategorizado y el índice de ausentismo es del 20%”.

Paraconcluir que los activos reales de Donnelley en Argentina se podría rematar en12 millones de dólares, alrededor de 150 millones de pesos, más lasmaquinarias, que –aunque viejas y mal mantenidas– podrían venderse en alrededorde 50 millones de pesos.

“Mientrasque las indemnizaciones de todo el personal suman 90 millones de pesos, haydeudas bancarias por 50 millones de pesos y con proveedores por otros 40millones”, concluye el dueño de la editorial Perfil.

La respuesta de Donnelley

La casa matriz de Donnelley aclaró anocheque su filial argentina pidió la quiebra porque "no es una empresasolvente", y aclaró que no tiene "ninguna relación" con losfondos buitre, como aseguró Cristina al justificar la aplicación de la LeyAntiterrorista contra sus directivos.

"En la toma de esta decisión ni RRDA (la filial argentina) ni RRD(Donnelley & Sons Co) involucraron a tercera parte alguna: ninguna otraempresa, accionista o persona física ajena a RRD participó. No tenemos ningunarelación con la actual situación generada con los acreedores de laArgentina", aseveró un comunicado de la empresa gráfica, a través de suCEO, Thomas Quinlan.

En el comunicado, la firma repasa incluso los numerosos problemas macroeconómicos que enfrenta la Argentina, que vuelven muy complicado operar en el país y aseguró que "luego de mucha discusión” se tomó"la difícil decisión de presentar su pedido de quiebra luego de 22 años depresencia en la Argentina".

"La industria gráfica hace tiempoha dejado de ser un negocio rentable y la perspectiva de ventas futuras no espositiva; el negocio de RRDA no es solvente; RRDA ha experimentado unareducción constante y considerable de sus ventas y no prevé un cambio de tendenciaen el futuro", agregó la compañía que subrayó que el pedido de quiebra se ajusta“a las leyes aplicables vigentes de Argentina".

Incluso traslada parte de la responsabilidad a los gremios y el Gobierno alrecordar que en setiembre de 2013 obtuvo un Programa de Recuperación Productiva(REPRO), pero "la Comisión Interna se negó a firmarlo, evitando que RRDApudiera tomar decisiones que permitieran torcer el rumbo de la situación de laempresa y empeorando aún más la situación económica y financiera".

Ese plan preventivo de crisis recuerda Donnelley “apuntaba a evitar lasolicitud de la quiebra y preveía la reducción de personal para que la empresarecupere su rentabilidad, pero ninguna de esas soluciones fue aceptada por lossindicatos".

Igual negativa que recibió del Ministerio de Trabajo, tanto a nivel nacionalcomo provincial y por lo tanto la firma denuncia que "se quedó sinopciones para enfrentar la crisis, que incluye la suba de costos por lainflación, el alza del costo laboral, el aumento de los insumos para la producción,la devaluación y la incapacidad de cumplir con los vencimientos de lasdeudas".

Y respecto a la supuesta decisión “express” del juez de otorgar la quiebra –comodenuncia la Presidenta-, la compañía explicó que “como es usual en estos casos,la Justicia actuó de manera perentoria con el objetivo de proteger lasinstalaciones, a los empleados y a los acreedores".